11-M: El homenaje del día a día
Hoy se cumple el 5º aniversario de los atentandos en Madrid del 11-M y los medios están volcados con coberturas especiales de los actos organizados. Algunos medios ha criticado la ausencia de actos institucionales convocados este año, así como el abandono sufrido del monumento por las víctimas del 11-M que se encuentra en Atocha. Este segundo punto, desde mi punto de vista, sí es criticable, por muchos motivos, desde el sentimental, por respeto a los fallecidos y sus familias, al más material, para proteger una inversión realizada.
Con lo que no estoy tan seguro es con las críticas por no convocar actos institucionales. De hecho, no estoy ni siquiera seguro de que sea adecuado realizar ningún acto de homenaje. Y lo digo desde el más profundo respeto y solidaridad con las víctimas pero, sinceramente, si yo fuera uno de los afectados creo que preferiría que se hicieran otro tipo de homenajes, a los del día a día.
Seré poco sentimental, pero un concierto en el Auditorio Nacional con la presencia de los Príncipes no me resulta especialmente gratificante ni devuelve aboslutamente nada de lo que se perdió aquel día. De ser una de las víctimas del atentando, hubiera preferido que hoy pasara como un día más, mientras que el resto del año se continúa dando la cobertura mediática cuando así lo merece, se hubiera tomado el dinero de los actos y se hubiera destinado a las ayudas que a veces o no llegan o son insuficientes...
Por otro lado, algo muy diferente es la inexcusable ausencia del PSOE a los actos, no por la ausencia en sí, sino por los motivos aducidos, que no son otros que una protesta por el cierre de la Comisión de Investigación de la trama de espionaje en la Comunidad de Madrid. Creo que a Pepín Blanco se le pueden ocurrir un millón de maneras mejores para protestar...
Pero sucede aquí como con cualquier otro aniversario, incluido el de un matrimonio. ¿Qué sentido tiene celebrar las bodas de plata si durante esos 25 años se ha creado más distancia que cercanía? ¿no es absurdo tirar la casa por la ventana cuando, incluso el día anterior, como cada noche, cada uno se metió en la cama y se dio media vuelta? Pues eso...
Con lo que no estoy tan seguro es con las críticas por no convocar actos institucionales. De hecho, no estoy ni siquiera seguro de que sea adecuado realizar ningún acto de homenaje. Y lo digo desde el más profundo respeto y solidaridad con las víctimas pero, sinceramente, si yo fuera uno de los afectados creo que preferiría que se hicieran otro tipo de homenajes, a los del día a día.
Seré poco sentimental, pero un concierto en el Auditorio Nacional con la presencia de los Príncipes no me resulta especialmente gratificante ni devuelve aboslutamente nada de lo que se perdió aquel día. De ser una de las víctimas del atentando, hubiera preferido que hoy pasara como un día más, mientras que el resto del año se continúa dando la cobertura mediática cuando así lo merece, se hubiera tomado el dinero de los actos y se hubiera destinado a las ayudas que a veces o no llegan o son insuficientes...
Por otro lado, algo muy diferente es la inexcusable ausencia del PSOE a los actos, no por la ausencia en sí, sino por los motivos aducidos, que no son otros que una protesta por el cierre de la Comisión de Investigación de la trama de espionaje en la Comunidad de Madrid. Creo que a Pepín Blanco se le pueden ocurrir un millón de maneras mejores para protestar...
Pero sucede aquí como con cualquier otro aniversario, incluido el de un matrimonio. ¿Qué sentido tiene celebrar las bodas de plata si durante esos 25 años se ha creado más distancia que cercanía? ¿no es absurdo tirar la casa por la ventana cuando, incluso el día anterior, como cada noche, cada uno se metió en la cama y se dio media vuelta? Pues eso...
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