Picaresca de vergüenza

Hace varias semanas ponía en cuestión el sistema actual de funcionariado español. Hoy, me veo obligado a dedicar un nuevo post por varios motivos. En primer lugar, expondré un caso real: imaginen a un amigo que aprueba unas oposiciones. Por norma, el primer año el recién nombrado funcionario del Estado ha de ejercerlo fuera de su provincia para, después, elegir destino. Pues bien, es lícito que, para ahorrarse ese año de obligado ostracismo -que, por supuesto, conocía cuando se presentó al cargo- solicitar una excedencia sin haber trabajado ni un sólo día (únicamente el curso de formación en la ciudad de residencia). Pasado ese año, se reincorpora ya en su lugar habitual de residencia. ¿Y mientras? ¿Hay que buscar un reemplazo temporal de un sólo año o ni siquiera se busca reemplazo en detrimento del servicio al ciudadano? Qué vergüenza la picaresca española...

El segundo de los enojos escala a más altas esferas. Hoy se ha sabido que el número de altos cargos de la AGE (Administración General del Estado) asciende a 547, lo que supone 19 más que en 2008. ¿Realmente es necesario este número de altos cargos? Sobre todo, teniendo en cuenta que el crecimiento interanual de estos cargos ronda el 8,5%.

Lo peor no es el número -muy cuestionable-, sino que, en plena recesión, el coste de los empleados de director general para arriba ha triplicado de largo el incremento del IPC (1,4%), alcanzando el 5,1%. Así figura en los datos facilitados por la Intervención General de la Administración del Estado. La cifra bruta, sin incluir cotizaciones sociales, nos sitúa en un gasto por alto cargo de 154.034 euros... nada más y nada menos.

Paralelamente, entre ascensos, reclasificaciones, antigüedades o, simplemente, el aumento de plantillas el gasto del personal conjunto de la Administración se multiplicó casi por cinco respecto al IPC, alcanzando el 6,7%.

¿Saben que es lo más curioso? Sólo la partida destinada a 'incentivos al rendimiento' supera los 700 millones de euros. ¿A ustedes les incentivan así de bien en sus empleos? Apuesto que no. Vistos estos parámetros, vuelvo a incidir en la necesidad de establecer unas métricas y hacerlas públicas: si se incentiva tanto el rendimiento, imagino que es porque se han marcado unos objetivos. ¿Por qué no se conocen públicamente los objetivos conseguidos, o no, por cada una de las gestiones?

Pues se lo diré yo, porque España sigue arrastrando taras que no sé si algún día será capaz de superar, porque, como arrancaba este post, las podemos encontrar en la parte baja de la pirámida y en la alta. Esa picaresca del españolito de a pie, se convierte en caradura o, incluso, prevaricación en los altos estadios, pero en esencia es lo mismo. A veces creo que tenemos lo que nos merecemos y un sueña con que algunas cosas cambien. En esos momentos, escuchas a alguien decir que los bancos son los culpables de la crisis mientras él está alquilando un cuchitril de 25 metros cuadrados por 800 euros al mes. Y me doy cuenta de todo el camino que nos queda por recorrer.
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1 comentario

  1. Lo siento, pero tengo que comentar mi propio post... no he podido evitarlo cuando leo que el 60% de los funcionarios se jubila antes de los 65 años sin ninguna penalización.
    El 32,4% lo hace mucho antes tras haber cumplido los 60 años...
    Qué país. ¿Por qué nadie se acuerda de esto cuando hablamos de la crisis?

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