Zaparero nos deja de piedra (edad de)

A modo de introducción, me remito a la noticia que lanzaban en su newsletter los chicos de prnoticias, en la que advertían de cómo "ni Facebook, ni Twitter, ni el propio YouTube parecen haber estado invitados al anuncio de cambio de gobierno realizado por José Luis Rodríguez Zapatero, y es que, aunque los medios de comunicación -incluidos los online- han realizado una cobertura en paralelo al desarrollo de los hechos, los medios oficiales han relegado a un segundo plano a la web 2.0". Y, la verdad, sorprende por muchos motivos, pero sobre todo porque el PSOE ha sabido manejar en los últimos tiempos, con cierta pericia, el mundo Web 2.0. Claro es el ejemplo de Patxi López y su blog en las elecciones vascas. Pero, además, porque Zapatero es fan número uno del mesías Obama y éste, desde luego, nunca ha descuido el mundo web.

¿Por qué ha sucedido esto? Es muy sencillo: porque aunque la mona se vista de seda, mona se queda. Ni más, ni menos. España no puede pretender ser lo que no es. Aún estamos muy lejos de emular en esos aspectos a países como Estados Unidos o, sin irnos tan lejos, a Francia. No podemos ponernos el disfraz de vanguardistas cuando, de puertas para dentro, seguimos anclados a la España del sota, caballo y rey.

¿De qué otro modo se entiende que no se haya hecho ninguna mención al Ministerio de Innovación, salvo para quitarle las competencias sobre Universidades -rectificar es de sabios-?

¿Es que nadie se ha dado cuenta de que para salir de la crisis, uno de los principales puntales ha de ser la innovación? ¿De qué sirvió, además de para hacerse la foto, la visita hace un mes del premio Nobel de Economía, Paul Krugman? Ya entonces, el Nobel fue claro al asegurar que "la única forma de evitar una caída de los salarios mediante un crecimiento de la competitividad a través de la innovación". Bueno, pues visto lo visto, los que aún tengan salario, que se aprieten los machos.

Zapatero habló entonces -sería porque estaba en el Foro "Innovae: la innovación como solución"- de líneas de financiación para actividades de I+D+i, del plan de reducción de trabas burocráticas del sector público, del Plan de Competitividad de la Automoción, de la nueva ley de ciencia y tecnología, de la Estrategia Universidad 2015 y de la reforma de la formación profesional. Y bla, bla, bla...

Si no ha tocado la cartera de Garmendia, ¿es acaso porque los resultados de su gestión se consideran satisfactorios? Yo diría que no: Así lo indicaba en enero el Marcador de Innovación de 2008 de la Unión Europea, que alarmaba sobre el retroceso de España en materia de innovación.

Yo, desde luego, si fuera Elena Salgado, anoche no habría pegado ojo...