FiSahara. Día 2: Inauguración del Frig


Ayer tuvimos problemas con la conexión; a continuación la transcripción del post de ayer:

Hoy se han inaugurado las ‘frig’, que son las jaimas típicas saharauis, habiendo conseguido revolucionar al campamento entero. La presencia de la Ministra de Cultura ha propiciado la celebración de numerosos desfiles de los niños de las escuelas; escuelas, por otro lado, que durante la celebración del Festival suspenden sus clases porque muchos de sus espacios son utilizados para impartir la docena de talleres que tienen lugar.

Anoche comenzaron a proyectarse las primeras películas, aunque la inauguración oficial será mañana cuando toda la expedición de visitantes esté al completo. Hasta entonces, la vida se desarrolla con la cotidianeidad que permite el hecho de que ya corran por las calles de un lado para otro los cerca de 250 turistas que andamos ya por aquí. El día amaneció con una suave brisa que calma el calor que ronda los 40 grados, siendo un preludio perfecto para unas noches de luna creciente durante las cuales los paseos en manga corta son el mejor bálsamo para un día duro de trabajo. Al llegar a la jaima, una deliciosa cena de pollo y patatas nos ayuda a recobrar las fuerzas, con agua mineral bien fresquita. Los saharauis beben el agua de sus depósitos sin ningún problema, pero no es muy recomendable para los que no estamos acostumbrados. Por cierto y a propósito de las comidas, apuntar que ya he probado la carne de camello y, en honor a la verdad, puedo asegurar que es muy rica; quizás un poco dura, pero sabrosa en cualquier caso.

Al mismo tiempo, el té, cuya preparación lleva al menos 15 minutos por lo ceremonioso del proceso, es la mejor bebida isotónica que hemos encontrado por estos lares, tomando varios vasos a lo largo del día.

El idioma no supone ningún problema, puesto que sobre todo en el caso de los niños, éstos hablan perfectamente, bien porque hayan estudiado fuera o porque pasan los veranos con familias españolas. Éste es el caso de Matmut, que ha pasado varios veranos con una familia de Jaén. Fátima, por su parte, es una joven saharaui de 22 años, que estudió durante años en Sevilla, conservando gran amistad con la familia que la acogió y con un nutrido grupo de amigos.
Precisamente Fátima, en cuya jaima estamos alojados durante esta semana, nos dará cada día su visión del Festival y del día a día en el campamento. Hoy empezaba el taller de vídeo y fotografía y a buen seguro que tendrá mucho que contar. Pero eso, trataré de que sea a la tarde, en función de los horarios y el calor, porque aquí, ambos son condicionantes para el transcurso de la vida cotidiana.
Next Post Previous Post

Sin comentarios