El ruido y lo verdaderamente trascendente
El Mundo publica hoy que los tres inspectores de Sanidad de la Comunidad de Madrid que han hecho el informe oficial sobre el 'caso Rayan' no han hablado con la enfermera del Hospital Gregorio Marañón. Sencillamente, perfecto. Mientras, Rajoy arenga sus filas asegurando que "hay que distinguir el ruido de lo verdaderamente trascendente". Ojo, que para Rajoy lo verdaderamente trascendente es ganar las municipales, mantenerse en las instituciones y reforzar la alternativa del PP. Podía haber hecho alguna referencia al país que quiere gobernar, pero eso es ruido... como dijo Aznar en la entrevista con Ana Rosa, "lo importante es ganar, aunque sea de penalti injusto en el descuento".
¿Aquí qué es ruido y qué es trascendente? ¿Acaso no sería importante conocer de primera mano el testimonio de la persona que equivocó las vías de administración de alimentos? La Comunidad de Madrid lo justifica escudándose en el estado de la joven enfermera, que ha sido ingresada en un psiquiátrico.
Mientras, la portavoz del grupo socialista en la Asamblea de Madrid, Maru Menéndez, asegura que el PSOE no sacará "ningún ventajismo político" de la situación, y justo después añade que "tenemos una experiencia terrible en la Comunidad de Madrid con el anterior consejero de Sanidad", Manuel Lamela, que, ha señalado, criminalizó a trabajadores del Hospital Severo Ochoa, cuando luego el juez "dio la razón a dichos profesionales", después de que se les hubiera "machacado la vida" y causar "un desprestigio al hospital y a la sanidad madrileña". Viva la coherencia.
Pero insisto, como tantas otras veces, ¿es que la talla política, de unos y otros, nos podría haber hecho esperar otra cosa? En cuanto a las múltiples investigaciones abiertas (la Consejería de Sanidad, el Defensor del Pueblo...) estaría bien conocer los resultados de todos para ver si coinciden en sus conclusiones. Eso sí que nos ayudaría a discernir el ruido de los verdaderamente trascendente, porque, cuidado señor Rajoy, que cuando hay demasiado ruido uno corre el riesgo de quedarse sordo.
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