El escalofrío de los gestos
La polémica está servida. La imagen de los socialistas con el puño en alto cantando La Internacional hace unos días en su encuentro con los mineros ha levantado muchas ampollas. Esperanza Aguirre ha sido una de las más críticas con el gesto, al que considera "un gesto amenazante de quienes han ejercido una ideología totalitaria y han pisoteado los derechos de millones de ciudadanos en la Europa del Este". Mariano Rajoy no se ha quedado atrás y no ha dudado en equiparar el puño en alto, propio de los comunistas, con el saludo fascista.
Parecen exageradas las reacciones, aunque, siendo francos -honestos, vaya-, coincido con Rajoy a la hora de sorprenderme de ver a treintañeras como Bibiana Aído o Leire Pajín con el puño en alto. La Secretaria de Política Internacional y Cooperación del PSOE, Elena Valenciano, se ha defendido de las acusaciones del PP afirmando que “nuestro puño es un puño con rosa, pacífico y de libertad”.
Pero no puedo evitar sentir cierto escalofrío cuando veo esas imágenes. ¿Seré yo el único? Creo que no, porque Rubalcaba confiesa abiertamente que él hace años que no lo hace y Rodríguez Zapatero se cuida mucho de levantar el brazo en la fotografía. Algo me dice que son gestos que deberíamos desterrar... a fin de cuentas, no todas las tradiciones ni todos los símbolos merecen ser perpetuados. Hay cosas mucho más importantes que perpetuar y otras mucho mejores sobre las que ejercer oposición. Por ejemplo, el sentido de una de las estrofas de La Internacional:
Que la tierra de todos sus frutos
dicha y paz a nuestro hogar,
que el trabajo sea el sostén que a todos
de su abundancia hará gozar.
dicha y paz a nuestro hogar,
que el trabajo sea el sostén que a todos
de su abundancia hará gozar.
Pues eso.
Novedades sobre la polémica foto y un montaje realizado por El Mundo: www.elpais.com/articulo/sociedad/Reuters/denuncia/montaje/Mundo/elpepusoc/20090909elpepisoc_8/Tes
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