La tomadura de pelo de Dragó

Anoche tuve ocasión de comprobar que Telemadrid, con alguna honrosa excepción como el parte del tiempo y poco más, es un canal a borrar de la memoria del televisor. El motivo vino esta vez de la mano de Sánchez Dragó y su Dragolandia que bajo esas ínfulas de programa alternativo y cultureta desprende un tufillo a tomadura de pelo sólo al alcance de este canal que, para colmo, se sostiene con nuestros impuestos.

Ya lo advertía o amenazaba, no estoy seguro, desde su propia página web: "a partir del 20 de septiembre, todos los domingos a las diez de la noche, podrán ustedes adentrarse bajo su responsabilidad en este territorio A-políticamente Incorrecto". Y yo caí. Me pudo la curiosidad... pero ésta no mató al gato, porque ésa es otra, durante todo el santo programa los dos gatos de Dragó se pasean metidos en una vitrina-mesa de cristal.

Al lado de Dragó, su hija Ayanta Barilli, con la cabeza bien alta a pesar del enchufe. Es la misma que intentara ser actriz y, tras comprobar que no sólo un desnudo da para comer, se pasara a escribir guiones. Seguramente por eso la fichó Jiménez Losantos para la COPE, porque el tipo tiene imaginación, pero un refuerzo nunca viene mal para seguir fantaseando. Se paseó un ratito por el programa, para promocionar su nueva radio y soltar cuatro sandeces. Al menos una cosa no se le puede rechazar: es regular.

Mercedés Milá es la única que puso un poco de cordura al asunto... y a ráfagas, en su estilo.
Comentario aparte merece Arrabal que, con lo genio que es, espero que algún día, una de dos: o deje de amarrarse al "tú llámame tonto y dame pan" o se dé cuenta de que no se rién con él...

Por lo demás, programa perfectamente prescindible porque para que a uno le tomen el pelo no hace falta ni encender la tele, con contratar el ADSL a cualquier operadora de este país es suficiente.

El propio Dragó, en su blog, se pregunta si "¿habrá en España, al contrario que ocurrió en Sodoma y Gomorra, diez hombres justos –o cien, o mil, o un millón- capaces de abominar de la telebasura? ¿Me dará España un motivo para dejar de llamarla, como suelo, Vandalia? Confieso que soy escéptico al respecto. Me queda, pese a todo, algo de fe". Pues señor Dragó, haberlos, haylos, pero si de veras abominan de la telebasura, no verán su programa. No por hacer algo diferente se escapa uno de esta calificación; la suya es refinada, pero por quemar incienso y meter con calzador coletillas culturetas no lo mejora. Es más, ¿se ha preguntado por qué nadie había hecho un programa así? ¿Ni siquiera en Telemadrid -por contextualizar el único sitio, además de las TVs de barrio, que se me ocurre que podría albergarlo-?

Piense, piense, mientras acaricia a sus gatos y cobra de nuestros impuestos.
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3 comentarios

  1. Gran texto, David. Eché un ojo ayer al programita y duré francamente cinco minutos. Sobre todo cuando le vi el careto a Jiménez Losantos. En fin, me puse el disco rojo de los Beatles antes de irme a la cama.
    Pues eso. Felicidades. Te ha quedado redondo.
    Laura

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  2. Bien hecho, este tío necesita un escarmiento, sino un par de ostias.
    Para mí, la mejor fue la Milá, que se lo comió con patatas. Le dió caña por todos los lados, y encima no se cortó en decir que no contento con comer él de telemadrid, incluye a su hija, zafia como ella sóla. Claro que de tal palo, tal astilla.
    Lo peor es que le pagamos nosotros.

    Saludos

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  3. Muchas gracias. Efectivamente, cuando uno cree que no puede haber más desfachatez, Dragó tiene la virtud de sorprender.

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