Aznar y su política militar
Aznar es pura contradicción. Es un hecho. Hace tan sólo una semanas que recibía el premio de la Amistad del American Club of Madrid "por la amistad mostrada siempre a Estados Unidos y el firme apoyo a sus ideales" y ayer, en un acto organizacido por Sarkozy en Francia, afirmaba tajante que la relación con EEUU es especialmente importante en este momento" ya que con Obama "Europa no es una prioridad".
Aunque ya se pudo comprobar durante su mandato, ahora es más patente que nunca que Aznar practica una política muy peligrosa, demasiado vinculada a las Fuerzas Armadas. En ese sentido, coincide con Bush; recuerda, en cierto modo, a esas políticas un tanto recalcitrantes de mediados del siglo XX, cuyas consecuencias trajeron consigo demasiada miseria precisamente a la Europa que decían defender. De otro modo, uno no se explica la insistencia enfermiza del ex líder del PP por subrayar la "debilidad de Europa" y por considerar que los europeos "no están dispuestos a hacer el esfuerzo" en defensa.
Es gracioso cómo se desmarca de los europeos, hablando en tercera persona; es posible que su delirio le haya llevado a creer que es estadounidense, quién sabe. Lo que es seguro, es que los planteamientos del siglo XXI deberían ser radicalmente opuestos a los de Aznar: ligar libertad a defensa es un error. La libertad debería ligarse, más bien, a la igualdad y ésta no siempre ha de imponerse por la fuerza pues eso podría generar más desigualdad, como el trío de las Azores ya se encargó de demostrar.
Aunque ya se pudo comprobar durante su mandato, ahora es más patente que nunca que Aznar practica una política muy peligrosa, demasiado vinculada a las Fuerzas Armadas. En ese sentido, coincide con Bush; recuerda, en cierto modo, a esas políticas un tanto recalcitrantes de mediados del siglo XX, cuyas consecuencias trajeron consigo demasiada miseria precisamente a la Europa que decían defender. De otro modo, uno no se explica la insistencia enfermiza del ex líder del PP por subrayar la "debilidad de Europa" y por considerar que los europeos "no están dispuestos a hacer el esfuerzo" en defensa.
Es gracioso cómo se desmarca de los europeos, hablando en tercera persona; es posible que su delirio le haya llevado a creer que es estadounidense, quién sabe. Lo que es seguro, es que los planteamientos del siglo XXI deberían ser radicalmente opuestos a los de Aznar: ligar libertad a defensa es un error. La libertad debería ligarse, más bien, a la igualdad y ésta no siempre ha de imponerse por la fuerza pues eso podría generar más desigualdad, como el trío de las Azores ya se encargó de demostrar.
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