Los cangrejos rojos salen del agua
Hoy cuento en Público cómo una Asociación de Pescadores en Asturias, en colaboración con la Fundación Biodiversidad, ha puesto en marcha un proyecto para tratar de reducir la población de cangrejo rojo en la cuenca del Narcea. Se trata de una especie muy voraz y con una extraordinaria capacidad reproductora hasta el punto de que se estima una colonización de varios millones de ejemplares.
Hace 15 años, algún pescador bienintencionado debió de introducir la especie pensando que serviría de alimento para los salmónidos, ignorando por completo el daño que estaba infringiendo al ecosistema. Ahora, desde el Proyecto Cangrejo ni siquiera se contempla la posibilidad de erradicar esta especie, tan solo de reducir su población.
Y algo así sucede con los corruptos. El caso Guateque, el caso Malaya, la trama Gürtel, Fèlix Millet y el Palau de la música, el caso Faisán... incluso, en el deporte con las irregularidades de la UEFA... Y uno termina por sentir la misma desesperanza que los pescadores, viendo las investigaciones y los juicios como meras labores de descaste de los corruptos, pero nunca llegaremos a su erradicación. Como el cangrejo rojo, su voracidad y capacidad de reproducción es extraordinaria, demasiado para que unos pocos pescadores puedan con ellos.
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