Nuevo sinsentido contra el cannabis

Fernando Berlín me ha descubierto la noticia de la denuncia a la Sociedad de Estudios del Cáñamo de Aragón (SECA), acusándola de tráfico de drogas y delito contra la salud pública. La fiscalía pide tres años y medio de cárcel para su presidente. Llama poderosamente la atención que ésta es la pena máxima en delitos de tráfico de sustancias que no causan daños graves a la salud... y tan sólo distribuye marihuana a sus asociados con fines terapéuticos.

Pablo Solana, uno de los máximos representantes de la 'corriente cannábica' del PSOE, ha vuelto a dar la cara por la SECA, y lo hace desde una iniciativa que no conoce demasiada gente y, creánme, merece la pena echarle un vistazo: Rosas Verdes. Es cierto lo que sostiene: el consumo propio, quien cultiva marihuana en casa para sí, “a quien hace un roto no es la salud pública, sino al narcotráfico”.

Siempre he estado convencido que la despenalización de la marihuana -por no decir de todas las drogas- traería más beneficios que perjuicios. Y hasta la fecha, nadie ha sido capaz de rebatir con argumentos sólidos. No sólo se ha producido ni un sólo cambio legislativo desde 2004, sino que además se han elevado las multas y los juicios por tráfico de cannabis un 300%, según Solana.

En cierto modo, sucede lo mismo que con la regulación de la prostitución, pero eso sí, debe hacerse de un modo estricto. Los resultados no son un mayor consumo, no lo creo -de todas formas ya somos el primer consumidor de cocaína en el mundo-, sino menor adulteración de las sustancias, controles sanitarios, reducción del tráfico ilegal y, además, impuestos para el Estado, que a buen seguro que le hace un guiño a recaudar con ese IVA.... aunque sea con billetes bien cargaditos de marihuana.