Blair, al banquillo

Los ingleses tendrán muchas, pero hay que reconocerles una cosa: sus sistema político está a años luz del nuestro. Ya lo demostraron cuando nos les tembló la mano a la hora de castigar los excesos en las dietas de los políticos... ¿se imaginan si se revisaran en España estas dietas? La de agujeros en los Presupuestos Generales del Estado que podrían taparse...

El caso es que amanezco hoy en Londres y la noticia del día es la comparencia en 2010 de Tony Blair ante los tribunales. ¿El motivo? Justificar los motivos por los que Reino Unido entró en la guerra de Irak. El ex Primer Ministro, junto a otros líderes laboristas, tendrá que dar la cara ante los padres de soldados caídos en combate en particular y ante toda la sociedad británica en general.

¿Por qué no hacer lo mismo en España con Aznar? ¿Por qué un presidente o un ex presidente no ha de ser responsable de sus actos y justificar los daños causados? Pero España es muy inmadura, tanto en los estratos políticos como en los sociales; nos queda demasiado camino por recorrer para no ver en esto una cuestión política de oposición, sino verlo como la esencia de la democracia, de ese acuerdo y confianza que deposita el pueblo con un dirigente. Pero en España, la confianza del ciudadano se vende muy barata. A veces, demasiado.