La conferencia que me minó
Ayer, con motivo de la IX Semana de la Ciencia que se celebra en Madrid asistí a una conferencia sobre minería sostenible. El catedrático de Organización de Empresa José Antonio Botín era quien la impartía en la E.T.S. de Ingenieros de Minas. No sé por qué, quizás por el hecho de que se exigía reserva para asistir, esperaba que el aula Madariaga en la que tenía lugar, fuera una de esas aulas magnas, repletas de asistentes.
Nada más lejos de la realidad. Se trataba de un pequeña clase con proyector y apenas una docena de asistentes. Primera decepción. Esperaba que un tema como la minería sostenible despertara más interés, al menos entre los estudiantes de la Escuela, pero no fue así.Segunda decepción. Comenzó la ponencia y el profesor Botín se centró en los conceptos más básicos de la gestión sostenible, destacando su evolución y la situación actual, pero sin profundizar demasiado. Conceptos que, al menos para mi, parecían demasiado simples y que asumía por conocidos por la audiencia.
Y entonces, llegó la pregunta y, con ella, la tercera y gran decepción. El profesor habló sobre los 'Equator Principles', esto es, una serie de indicadores que han de cumplir las empresas si quieren que los bancos adheridos a esta iniciativa, los 'bancos equator', les concedan préstamos. Si la empresa no cumple con estos principios de sostenibilidad, tan sólo podrá acceder, como máximo, a un préstamo de 50 millones de dólares, lo que son monedas en el caso de una empresa minera.
Y entonces, el mismo alumno que ya había preguntado previamente "¿Y qué pasa porque el pueblo desaparezca cuando la mina se cierra?", lanzó otra perla al aire: "¿Y el banco qué gana con no dar más préstamos? Si una empresa se salta esa sostenibilidad, que cuesta dinero, probablemente ganará más dinero y al banco le conviene conceder más préstamo, no?"
Lo dicho: tercera decepción. Salí de la Escuela de Minas desesperanzado, con la idea de que aquellos jóvenes sabían mucho de biominería por bacterias pero ni una palabra sobre sostenibilidad, sobre el cuidado al medio ambiente, sobre su futuro en este mundo. ¿No se tocan estos puntos en su formación? La verdad, no lo sé, pero no es la primera vez que compruebo cómo los temarios y la enseñanza sufren un atroz decalaje respecto a la realidad... y, en muchos casos, estamos preparando a los jóvenes para trabajos que no exisitirán el día de mañana.Y eso pasa factura.
Sin comentarios