La hora de Fraga
En pleno 20N -¡Oh, casualidades de la vida!- se acaba de presentar el libro 'Manuel Fraga Iribarne y su tiempo' (Planeta), libro que yo habría titulado 'Manuel Fraga Iribarne y su hora', porque ya va siendo hora de que, casi a sus 87 años, vaya dejando paso a la sangre joven en el Senado.
Manuel Penella Heller, el autor del libro, asegura haber "descubierto" al político gallego como la mejor síntesis del pensamiento liberal-conservador español. En algún punto, no sé cuándo ni cómo, Penella también ha descrito a Fraga como "un hombre de Estado", encarnando la "modernización de España" en persona. Sí, señor, el mismo que fue ministro de Información y Turismo con Franco y que fue el padre de la ley de prensa del 1966 -de hecho, se conoce como 'la ley Fraga'-, con la que se imponía la censura previa, contenía duras sanciones contra cualquier vulneración a su articulado y dificultaba enormemente la creación de nuevos medios informativos. Lo dicho, todo modernización.
Sus actuaciones posteriores tampoco creo que le hagan valedor de ningún guiño de simpatía, puesto que cuando era ministro de Gobernación (1975) y dió los primeros pasos hacia la democracia, se preocupó muy mucho de emplear los medios necesarios para que la izquierda no adquiriera protagonismo.
Que sea un animal político -entendido en el mejor de los sentidos, conste- es indudable y que, como tal, sea un oportunista que supo virar el rumbo lo justo y necesario para adaptarse a los nuevos aires que llegaban a España tras la muerte del dictador, también. Pero eso es todo.
Penella se ha tomado un buen copazo de derechismo y, al menos a la luz de lo expuesto en la presentación del libro, expone un visión intoxicada de Fraga... aunque quizás, no es borrachera, sino resaca después de haber escrito libros como 'Falange Teórica'. Quién sabe; sea como fuere, la parcialidad es la misma.
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