Penalti tributario a la LFP
Los clubes de fútbol español están temblando. El motivo es la reforma de la 'Ley Beckham', por la que se regula la tributación de los futbolistas. Con la reforma, todos los futbolistas que no sean residentes en España y se hayan desplazado a nuestro país a partir del 1 de enero de 2010 pasarán a tributar al 43%, en lugar del actual 24%, siempre y cuando sus retribuciones sean superiores a los 600.000 euros anuales -cosa bastante probablem viendo la locura vivida en el mercado de fichajes.
Las reacciones no se han hecho esperar: la Liga de Fútbol Profesional (LFP) ha calculado que este cambio en la ley supondrá a los clubes el desembolso de una cantidad cercana a los 100 millones de euros por temporada. José Luis Astiazarán, presidente de la LFP, ha afirmado que "es un palo muy grande. El fútbol español perderá competitividad, poder adquisitivo. El talento se fugará a otras Ligas". La LFP amenaza con ir a la huelga. A los futbolístas, en realidad, casi les da lo mismo, porque ellos negocian sus salarios en neto, por lo que son los clubes los que se echan a la espalda la reforma y tendrán que rebajar drásticamente sus ofertas. Pues bien, si no fuera porque indirectamente el mundo del fútbol da de comer a demasiadas familias (en los estadios, en las ciudades deportivas, en el mundo de la publicidad, en medios de comunicación, etc.) creo que sería una huelga que a todos nos debería dar igual.
La gente que saca tajada del fútbol de manera directa, esto es, los jugadores y directivos de los clubes afectados por la reforma, no dejarán de llegar a fin de mes porque vayan a la huelga. Se ha perdido el norte con el fútbol, demasiado. De otro modo no se explica que la semana pasada un editorial de El Mundo pidiera la dimisión de Pellegrini en el Real Madrid.
Lástima que haya esa cantidad de afectados indirectos. Lástima que me tema que, de haber huelga, habría mucho 'españolito de a pie' que protestaría, porque ellos también han perdido el norte. Lástima que no sirviera esa huelga para ningunear a esos directivos del fútbol. Lástima.
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