Al fin, el Tío Sam

Por fín llega la intervención de EEUU para tratar de solucionar la situación de Aminatou Haidar. Y lo ha hecho, además, por cuenta propia, puesto que ni siquiera el Gobierno español ha sabido admitir su incompetencia mostrada durante el último mes. España ha decepcionado en dos sentidos: por un lado, ha estado muy lejos de la autocrítica, como acostumbra, sin aceptar sus propios errores; por otro, no ha sabido aceptar las consecuencias de su ineptitud y muchos menos ha tratado de buscar ayuda.

Afortunadamente, EEUU ha movido ficha. Es una pena esta relación de dependencia que el mundo tiene de EEUU, que muchos nos resistimos a aceptar, pero que la esclerosis política de nuestros Gobiernos, sean del signo que sean, se encargan de hacer imprescindible. Así, la secretaria de Estado norteamericano, Hillary Clinton, llamó ayer al ministro de Asuntos Exteriores marroquí, Taieb Fassi-Fihri.

Este movimiento coincide con el despertar tanto de la Unión Europea como de la ONU. Lástima que no atendieran al despertador de los Derechos Humanos mucho antes; semanas atrás cuando se reclamó su ayuda y se limitaron a mirar para otro lado.