Al Senado no le van las marcas blancas
El Senado acaba de adjudicar a Office Depot el concurso público para su material de papelería y objetos de escritorio por un importe de 55.000 euros. Si algo queda claro después de ver los pliegos técnicos del concurso son dos cosas: Una que las marcas blancas no le van al Senado, ni siquiera en crisis, y dos, que apuesta por los clásicos.
Así, en su lista de la compra encontramos bolígrafos Bic (1.500 unidades) y Pilot (750); rotuladores Edding (600); grapas Petrus (300 cajas); lapiceros y portaminas Faber Castell (400 y 50, respectivamente); notas adhesivas Post-it (1.250); rollo de celo invisible Scotch Magic (300) y pegamento Pritt (250).Y, por supuesto, el clásico entre los clásicos, la goma de borrar Milán (200 unidades).
Qué cosas.
Bueno me alegra saber que alguna de las decisiones que toman son acertadas. Desde luego, entienden de calidad. Me parece bien.
ResponderEliminarLas marcas hasta en estos productos que mencionas en el blog son mejores que las marcas blancas.
ResponderEliminarHasta en estos productos que mencionas las marcas blancas tienen muy mala calidad.
ResponderEliminarPlacer, tradición, seguridad, especialización, innovación y diferenciación. Nada de esto se puede aplicar a la marca blanca.
ResponderEliminarTras probar una marca blanca es muy difícil que uno repita, a nivel general.
ResponderEliminarSobre marca blanca debemos fijarnos no sólo en el precio, sino donde es fabricado y la calidad sobre todo.
ResponderEliminarAl final las marcas blancas están quedando como productos más bien secundarios, ante la avalancha de buenas ofertas de las marcas de siempre.
ResponderEliminarTienes razón, la competencia se está recrudeciendo, aunque en algunas líneas de producto aún es notable la relación calidad/precio
ResponderEliminarLa marca blanca campa a sus anchas por las tiendas. Con la leche y el aceite hacen lo que quieren. Así como con otros muchos productos.
ResponderEliminarPero lo dices cómo algo negativo...
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