Aminatou marca la diferencia

Eso mismo es lo que ha conseguido Aminatou. Si el pasado 1 de diciembre el Parlamento británico apoyaba en pleno una moción de apoyo a la activista, ahora ha sido el turno para Portugal y eso ha escocido a Marruecos. Y mucho.
Mientras, Moratinos declara que"es ella [por Aminatou] la que tiene que decidir y asumir su propia responsabilidad". Lógico. Y eso ha hecho pero, del mismo modo, es el Gobierno de España quien no está decidiendo y asumiendo su propia responsabilidad. En lugar de eso, tenemos a un ministro que tiene la osadía de declarar que el Gobierno ha permitido a la activista saharaui seguir ejerciendo su derecho a la expresión política a pesar de que preferiría que lo hiciera sin recurrir a la huelga de hambre. Lógico también, puesto que en pleno aniversario de la Constitución, el Gobierno no es quien para negar el derecho de expresión o de manifestación pública.
¿Qué podemos esperar de nuestro Gobierno? Francamente, es una incógnita y, lo más preocupante de todo, que a esa pregunta tenemos que adosar inevitablemente otra: ¿Cuándo?
Espero que pronto y que no llegue demasiado tarde.
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