De vuelta a las andadas


Aminatou está en casa. Es cierto. Pero aún queda mucho por hacer y, además, con urgencia puesto que todavía hay siete activistas -Ahmed, Brahim, Yahdih, Saleh, Dacha, Rachid, Ali y Idriss- a las puertas del corredor de la muerte, en espera de un juicio militar por el Gobierno marroquí, que podría conducirles al cadalso.

Los partidos políticos parecen haberlo olvidado; el PSOE rebozándose en la autocomplacencia por considerar que fue un éxito su gestión en el 'caso Haidar' y, en frente, el PP obcecado en criticar esa misma gestión, lamentando que "el Gobierno español haya reconocido la soberanía de Marruecos en el Sáhara".

La mejor gestión sería ponerse manos a la obra para que, ahora que la comunidad internacional está sensible con la problemática, se cumplan por fin las resoluciones de la ONU. La mejor oposición sería dejar de desviar la atención sobre lo hecho y ya sin remedio y centrar esfuerzos en salvar a los activistas, en para la escalada de represión en los territorios ocupados.

El sábado pasado, mientras nos manifestábamos en Madrid, Aminatou tenía que romper arrastras el cerco policial marroquí que prohibía la entrada del médico a su casa. Sencillamente, resulta repulsivo comparar esa situación con la política barriobajera que se practica en nuestro Congreso. Algunos, al parecer, ya han vuelto a las andadas y están pensado en el turrón.
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