Mendigando Derechos Humanos


La Administración Obama está defraudando. Sigue siendo un consuelo que esté él al frente de la Casa Blanca y no los republicanos, pero hoy por hoy sabe a poco. El Nobel de la Guerra y Paz está siendo pura contradicción en sus actuaciones.

El último ejemplo lo vimos ayer y hoy podemos leerlo en el New York Times. Resulta hipócrita y, lo que es peor, cínica la postura de confesión de sus limitaciones al respeto de los Derechos Humanos (DDHH). Por un lado, no duda en ser el abanderado de la democracia, impuesta por la fuerza en Afganistán, o de hacer frente a Irán -amenazando incluso a los países, como Brasil, que hacen guiños a Mahmoud Ahmadinejad-; y por otro, mira hacia otro lado con casos como los de Rusia o China.

Es triste, muy triste que Hillary Clinton admita públicamente que EEUU renuncia a reprender a China y Rusia por violaciones de Derechos Humanos, dada la amplia gama de intereses estratégicos que tiene el país en estos mercados.

Pero, ¿saben qué? Es igual de triste que haya una interminable lista de multinacinales, de fabricantes de electrónica que cuentan con gruesos manuales de Responsabilidad Social Corporativa y, mientras, externalizan su producción a estos países, reforzando aún más a los gobiernos que pisotean los DDHH.

¿Y Aminatou? Nada. Para Clinton no cuenta. EEUU no moverá un dedo... los saharauis ni tienen petróleo ni representan un amenaza. Para la Administración del Nobel de la Guerra y Paz los saharauis son mendigos de los Derechos Humanos y EEUU, ahora, no tiene suelto.
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