Zapatero le para los pies al Borbón
Desde que Aminatou Haidar fuera obligada a subir al avión que la trajo a Lanzarote desde el Aaiún, los despropósitos por parte del Gobierno español se han ido sucediendo uno a tras otro. A estos despropósitos se sumaban los del rey, que no ha dicho 'esta boca es mía' hasta que el clamor popular y múltiples personalidades del mundo de la cultura, la ciencia o el periodismo le han remitido una carta solicitando su intervención.
Sin embargo, la carta de respuesta es clara: "Su Majestad siempre ha mostrado al Gobierno su disposición a realizar las gestiones necesarias en aplicación de dicha política, [...],si bien, el Gobierno, considera que no es el momento oportuno para la realización de gestiones complementarias por parte de S.M.”
¿Acaso creen que 'muerto el perro se acabó la rabia'? Se equivocan, porque en este asunto, perros y rabia hay muchos, pero ninguno del lado de Aminatou y, si por desgracia falleciera, no se apagaría la mecha, más bien al contrario... explotaría.
Mientras, Aminatou ha escrito una carta, coincidiendo con el Día Internacional de los Derechos Humanos en la que, como acostumbra y mal que le pese a muchos, piensa más en su pueblo que en ella misma: "sufro pensando en mis compañeros encarcelados, sufro pensando en los siete activistas de Derechos Humanos que, por decisión arbitraria del gobierno marroquí, van a comparecer ante un tribunal militar y son amenazados con la pena de muerte. Pienso también en la población saharaui, oprimida y reprimida diariamente por la policía marroquí en el Sahara Occidental. Y pienso en su futuro".
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