Detesto los preludios

Arranco dbnews en 2010 con la experiencia personal como punto de partida, por ser lamentablemente ilustrativa de lo que sucede en Madrid. La ciudad me dio la bienvenida -a mi y al nuevo año- con una luna del cristal del coche reventada para llevarse un reproductor MP3 de mediados de los 90, cuando los de 3GB eran lo último de lo último.

El robo no me extrañaría si no fuera porque el coche se encontraba aparcado en la calle Los Madrazo, justo enfrente de la puerta trasera del ministerio de Educación -llena de cámaras de vídeo- y a escasos 40 metros de una comisaría de policía.

Fui a la comisaría de Leganitos a poner la correspondiente denuncia y me encontré una sala de espera a reventar, en la que gente robada y golpeada aún habría de esperar cerca de dos horas para poder denunciar. Mientras, comisarías como la de Los Madrazo o Luna no admiten denuncias, sólo la renovación de DNI. Opté por ponerla por teléfono y recogerla en las siguientes 48 horas. Cuando fui a hacerlo, a las 9 de la mañana como me habían indicado, fui el primero de la sala de espera, pero tuve que esperar cerca de 40 minutos más -y ya una docena de personas en la sala- para que me atendieran.

Pensaba que no podía haber situación más surrealista cuando, al salir de la comisaría, escuché como un policía le decía a otro que la unidad tenía 16 coches patrulla en el taller. Increíble. Qué sensación de impotencia, de haber perdido el tiempo poniendo la denuncia y de inseguridad. Esperemos que no sea el preludio de lo que nos depara el 2010. Detesto los preludios.