El hombre que falló y acertó

Hoy ha salido de la cárcel Ali Agca, el hombre que en 1981 estuvo a punto de matar al papa Juan Pablo II. Hoy tiene 52 años, ha pasado 30 en la cárcel, y en cuanto ha salido de la cárcel ha sido llevado a revisión médica para ver si es apto para realizar un servicio militar que nunca pudo ejecutar.

Antes de 1981 Agca pertenecía a la extrema derecha turca, a los Lobos Grises o a otros muy asociados al coronel Aspaslan Turkes y su Movimiento Nacional. De allí, dio el salto a grupos terroristas palestinos. Para 1981 ya contaba con varios asesinatos a sus espaldas e, incluso, con una fuga de Kartal Maltepe, el centro penitenciario más seguro del país.

Cuando fue detenido, en su bolsillo se encontró una nota: "Yo, Agca, he matado al Papa para que el mundo pueda saber que hay miles de víctimas del imperialismo". Una vida de violencia que trató de aferrarse equivocadamente a la máxima de que el fin justifica los medios. Obviamente, perdió el norte.
Un hombre que equivocó el modo de actuar pero que, sin embargo, sí vio lo que sucedía y quiso denunciarlo al mundo entero.