Lucha idealista, amenaza real

Se acaba de presentar en el Ateneo de Madrid la Red SOStenible, que surge como oposición frontal contra la disposición sobre Internet y propiedad intelectual incluida en la Ley de Economía Sostenible presentada por el Ejecutivo. Al acto han acudido históricos del sector de Internet, como Víctor Domingo, Miguel Pérez Subías, Pepe Cervera o Carlos Sánchez Almeida, además de las nuevas generaciones representadas por Fernando Berlín o Daniel Vázquez, entre muchos otros.

Los intereses cruzados que existen en uno y otro bando encuentran sus respectivas unificaciones de criterio: los defensores de la disposición -fundamentalmente los intermediarios de la cultura- se agrupan en torno al enriquecimiento de un modelo que pide a gritos una reconversión; los detractores hacen lo propio en torno a la defensa de los derechos civiles.

Si de algo ha servido la nutrida representación de la Red SOStenible que se ha visto hoy en el Ateneo es para constatar que los internautas no están dispuestos a abrir la puerta a una censura por la vía administrativa -ni siquiera por la judicial- que hoy se cierne sobre la cultura, pero que mañana podrá hacerlo sobre cualquier otro aspecto en Internet.

Ese debe ser el punto de unión de todos porque, de otra manera, es imposible juntar en una misma sala a todos los miembros de Red SOStenible y, sobre todo, que los ciudadanos nos sintamos representados por todos y cada uno de ellos. Cada ciudadano habrá de encontrar a su representante más cercano, si bien todos ellos van a una contra una legislación muy cuestionable. Como ejemplo, el artículo que hoy firma Blanca Salvatierra en Público en el que se sugiere que podrían emprenderse represalias contra La lista de Sinde.

Comienza hoy la campaña 'Internet no será otra TV' que hará paralelas muchas de sus actividades con las de los actos previstos en la agenda de la Presidencia europea. Hay mucho de idealista en esta lucha; es cierto -el sólo hecho de pensar que esta ley, de prosperar, tendrá su precio político para el Gobierno ya es mucho esperar considerando la memoria historia de nuestra sociedad-, pero sin combatir por este ideal nos arriesgamos a que no nos quede nada de lo que ni siquiera ahora sentimos amenazado. Y entonces, será demasiado tarde.