Hacienda no somos todos

Uno podría dudar de las informaciones -sin ánimo de restar credibilidad a El Confidencial-, porque las líneas editoriales en este país traspasan de largo la barrera del espacio de opinión, pero es que han sido los propios inspectores de Hacienda quienes lo han denunciado.

El secretario general del colectivo de Inspectores de Hacienda del Estado, Francisco de la Torre, anunciaba que este año tienen orden de "ingresar por actas de inspección un 15% más que en 2009 mientras que el presupuesto de la Agencia Tributaria se ha reducido un 6%". Y lo harán, vaya si lo harán, puesto que está en juego su 'cocido': un 20% del salario de los inspectores depende de los bonus por productividad, que están ligados al número de actas de liquidación.

El Ministerio de Hacienda, por su parte, asegura que los objetivos fijados por este año son incluso algo inferiores a los realmente alcanzados en 2009. Pero, ¿qué interés podrían tener los inspectores en hacer esta denuncia? Más aún teniendo en cuenta que Hacienda, debido a los numerosos desencuentros ya ha amenazado varias veces con abrir expedientes disciplinarios.

Qué grave resulta cuando el ciudadano pierde la confianza en su Gobierno. La pregunta es, ¿la podrá recuperar o la distancia en las encuestas de intención de voto se acrecenterá? Toda crisis tiene un desgaste, es cierto, pero suele deberse en gran parte a las medidas impopulares. Medidas que este Gobierno no ha empezado a impulsar hasta, prácticamente, la jubilación a los 67 años. Ha sido la mala gestión previa la que ha minado esta confianza. Y sus últimas actuaciones no se encaminan precisamente a darle la vuelta a la tortilla.

¿El PP? Que no se sienta orgulloso: no puedo haber nada más triste políticamente hablando que subir al poder por desméritos del contrario, no por los méritos propios.