Tecnología ‘made in África’


África se mueve, se reivindica y no se queda a la espera de ayuda por parte de los países desarrollados. Esta es una de las principales conclusiones que se pueden extraer del III Encuentro Internacional de TIC en Cooperación al Desarrollo, celebrado recientemente en Gijón. “Nada sobre nosotros sin nosotros, lo que queremos es asociarnos, no donaciones”, afirma tajantemente Kagiso Chikane, del Meraka Institute. Esta institución es el artífice de muchos de los proyectos que están cambiando el rumbo de Sudáfrica.

Chikane, que subraya la necesidad de la cooperación de las políticas de Gobierno, es una fiel defensora de la inclusión de la sociedad en la vida económica a través de las nuevas tecnologías. “En África”, explica, “hay mucha gente que no ha visto un ordenador en su vida y, con suerte, en las escuelas como mucho hay uno o dos ordenadores y hay que estar vigilando para que no se destruya”. Estas cifras chocan frontalmente coincidiendo precisamente con la presentación de un estudio del BBC World Service, realizado en 26 países, en el que se pone de manifiesto que cuatro de cada cinco adultos (79%) consideran que el acceso a Internet es un derecho fundamental.

Así las cosas y a pesar de que las cifras que maneja Daniel Annrose, presidente de la proveedora africana de servicios móviles Manobi Corp, que hablan de que para el 2011 más de la mitad de los 950 millones que viven en África utilizarán los teléfonos móviles y, según el Banco Mundial, el 70% de ellos lo hará en entornos rurales, Chikane asegura que hoy por hoy “el móvil en África es el ordenador”.

El proyecto Digital Doorway
Bajo estas premisas se ha desarrollado el proyecto ‘Digital Doorway’ (Portal Digital, en inglés), dirigido a llevar el alfabetismo informático a las áreas rurales y más desfavorecidas, dotándolas para ello de equipamiento de acceso a Internet, así como software libre, con el que puedan ampliar sus conocimientos. Incluso, para los casos en los que no hay suministro eléctrico o una caseta adecuada para la instalación de los terminales, se ha creado un unidad autónoma, cuyo techo está cubierto de paneles solares que garantizan la carga a las baterías para que puedan funcionar los tres terminales que hay en su interior.

Todos los equipos utilizan el sistema operativo Xubuntu Linux. El software libre es una norma en todos los proyectos desarrollados por el Meraka Institute. Chikane sostiene que ello responde a “nuestra filosofía ‘low cost”, además de que “este tipo de tecnología aporta un valor específico, con estándares abiertos que nos han permitido una mayor personalización de las aplicaciones para cubrir nuestras necesidades”.

Avances en telefonía móvil 
A pesar de que a la telefonía móvil aún le resta mucho camino por recorrer, Daniel Annrose considera que ya es posible mejorar la calidad de vida a través de esta tecnología. Como ejemplo de ello, el presidente de Manobi Corp. cuenta la experiencia de Modou Seck, una granjero africano que antes de utilizar la telefonía móvil, “cuando negociaba el precio de sus productos con el intermediario, tenía que confiar en los precios de mercado que éste le daba”. Ahora, en cambio, Seck es capaz de consultar previamente los precios a través del móvil, pudiendo acordar así a un precio más justo con el intermediario. Tanto es así, que desde que iniciara este proyecto, sus ingresos se han doblado.

Experiencia muy parecida es la vivida por los productores de goma, que registran sus inventarios y localización gracias a sus PDAs y a la tecnología GPRS/GSM. De este modo, los exportadores pueden optimizar sus rutas de recogida, abaratándose sus costes y redundando en mejoras para los productores de hasta un 40%.

Pero sin duda, el gran avance en lo que a movilidad se refiere es el proyecto Ushahidi, que bajo la marca ‘made in Africa’ viene a dar forma a la afirmación de Annrose de que "hay que pasar a Cooperación 3.0, esto es, mirar a los países africanos, con ideas del sur aplicadas en el norte".

Ushahidi –‘testimonio’ en swahili- es un proyecto de software libre desarrollado conjuntamente desde Kenia, Ghana, Sudáfrica, Malawi, Holanda y Estados Unidos. Esta plataforma permite que cualquiera pueda distribuir datos a través de SMS, correo electrónico o de la web y visualizarlos en un mapa o en un cronograma. El proyecto se creó a principios de 2008 tras la violencia generada después de las elecciones de Kenia y ya entonces contó con 45.000 usuarios. Enseguida se comprobó su efectividad en situaciones de crisis, hasta el punto de que ha sido una herramienta de vital importancia tras los terremotos de Haití y ahora en Chile, tan sólo un par de horas después de los seísmos.

Ushahidi
En ambas situaciones, Ory Okolloh, la principal impulsora de este proyecto, explica cómo los mapas interactivos creados por voluntarios y civiles a través de SMS ayudaron a salvar vidas humanas. "Ushahidi ha tenido un impacto importante en Haití y, por ejemplo, los guardacostas estadounidenses nos dijeron que gracias a nuestro mapa pudieron encontrar a muchas de las víctimas". En ocasiones, la información que llega a los voluntarios que actualizan los mapas es demasiada y puede resultar complicado comprobar su veracidad. No obstante, Okolloh aclara que "los voluntarios tratan de verificarla llamando al número desde el que llega el SMS, intentando contrastar el mensaje con otras fuentes o añadiendo la información al mapa pero avisando de que no se ha podido contrastar".

Otras aplicaciones que ya ha tenido esta plataforma son la localización de ataques xenófobos en Sudáfrica, la monitorización de las elecciones generales de India en 2009 o el seguimiento de la vida salvaje en Kenia. En ocasiones, la transferencia de país subdesarrollado a país desarrollado se hace aún más patente, como sucede con la utilización de Ushahidi para la vigilar los crímenes en el metro de Atlanta. Juliana Rotich, otra de las promotoras de este proyecto, señala que "este tipo de cosas sólo sucede cuando dejas el código abierto y es fantástico”, en referencia a la expansión del proyecto y su utilización.

Otros proyectos ‘made in Africa’ 
El Portal de Accesibilidad Nacional (NAP). Nació hace cinco años como un proyecto de I+D con el objetivo de atajar la marginación que sufren las personas con discapacidad en Sudáfrica, que suponen ya 4 millones de habitantes. El reconocimiento de voz, los avances en la transcripción del lenguaje de signos soportando las lenguas sudafricanas o el desarrollo de las tecnologías de software libre han permitido la puesta en marcha del portal, que arrancó en 2006. Sus servicios están accesibles desde los hogares, así como desde los puntos de accesos ubicados en escuelas, clínicas, hospitales o centros específicos con equipamiento para ello.

Además de mejorar la calidad de vida de los discapacitados, el objetivo también es darles la oportunidad de jugar un papel activo en la economía del país, asegurando la implantación de modelos organizativos y de negocio que soporten y promuevan de un modo efectivo la mejora económica de este colectivo. El proyecto nace con el afán de no restringirse sólo a Sudáfrica, sino de cubrir el resto del continente.

La trazabilidad del mango. Los productos de mango de Mali y Senegal cuentan con un sistema, basado en la telefonía móvil, con el que pueden conocer la trazabilidad de sus productos desde que se recogen en el árbol hasta que llegan a la mesa. De este modo, las garantías de calidad de los productos se han visto notablemente mejoradas.

El auge de la movilidad 
Las telecomunicaciones en África están marcadas por la explosión que ha tenido la telefonía móvil. Mientras el crecimiento en la telefonía fija se ha visto notablemente ralentizado, estancándose en los 10 millones de líneas fijas (1,5 líneas por cada 100 habitantes), la móvil se ha disparado en los últimos años.

Si en 2003 los abonados móviles únicamente se cifraban en 35 millones en todo el continente, en 2008 la cifra había escalado hasta los 245 millones, lo que supone un crecimiento interanual cercano al 47%, según los datos de la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT). Estas cifras sitúan la distribución en 32,5 líneas móviles por cada 100 habitantes. De hecho, algunos países africanos, como Botswana, Islas Mauricio, Islas Seychelles y Sudáfrica ya se están acercando a la cobertura móvil completa de todas las zonas habitadas.

De manera muy paralela, el acceso a Internet ha tenido un crecimiento interanual del 30,6% desde 2003, alcanzando los 32 millones de internautas. Sin embargo, el únicamente 6,3 millones se conectan a través de líneas fijas –un raquítico 0,1 acceso por cada 100 habitantes-. El motivo es el elevado coste de este tipo de conexión y, de hecho, prácticamente en ningún país las cuotas mensuales son inferiores al 10% de su PIB per cápita.

A pesar de estas cifras, la penetración del ordenador y de Internet en los hogares continúa siendo muy pobre. En el primero de los casos, la proporción es de 5,3% mientras que en lo que se refiere a Internet se sitúa en 2,3%, con crecimientos interanuales superiores al 38% desde 2002.

(Reportaje en Público, marzo 2010)
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