La cobardía colectiva
Hoy puede verse en la edición digital de El País la paliza que cuatro vigilantes del Metro propinan a un colombiano. Las imágenes son tan esclarecedoras que cuando las vió el titular del juzgado de Alcorcón rechazó continuar con el juicio de faltas y decidió que se abriera un procedimiento por un delito.
Todo el peso de la ley ha de caer sobre estos cuatro criminales a los que se les fue algo más que la mano. Y, como dbnews ha criticado en más de una ocasión, con agravante, porque el hecho de tener un rol de agente de seguridad debería agravar el delito y, por tanto, la pena. Este delito no se puede juzgar del mismo modo si el autor es un guarda de seguridad como si es un ciudadano 'normal'.
Pero, ¿saben qué? En ese vídeo se pueden observar más de una docena de otros delitos: la denegación de auxilio. Me parece increíble ver al tipo de la gorra observando impasible desde las escaleras mecánicas o a otros tantos que pasan, se detienen unos segundos para retener las imágenes en su mente y tener material qué contar a la mañana siguiente en la oficina -eso sí, indignados- y marcharse.
Esa imagen es síntoma de lo que somos, del punto en el que se encuentra nuestra sociedad. Vamos a lo nuestro, sin preocuparnos de los problemas ajenos, pensando que si no miramos, no existen y, por supuesto, no nos salpicarán. Es cierto que hay una minoría que no es así, que se concentra, que se manifiesta. Pero eso no es suficiente, porque, a veces, tan cobarde es atacar en grupo como defenderse. El verdadero valor se demuestra en soledad, en los actos individuales y eso hace mucho tiempo que lo perdimos en la generalidad. Ojalá lo recuperemos, porque es el pilar para todo lo demás.
Todo el peso de la ley ha de caer sobre estos cuatro criminales a los que se les fue algo más que la mano. Y, como dbnews ha criticado en más de una ocasión, con agravante, porque el hecho de tener un rol de agente de seguridad debería agravar el delito y, por tanto, la pena. Este delito no se puede juzgar del mismo modo si el autor es un guarda de seguridad como si es un ciudadano 'normal'.
Pero, ¿saben qué? En ese vídeo se pueden observar más de una docena de otros delitos: la denegación de auxilio. Me parece increíble ver al tipo de la gorra observando impasible desde las escaleras mecánicas o a otros tantos que pasan, se detienen unos segundos para retener las imágenes en su mente y tener material qué contar a la mañana siguiente en la oficina -eso sí, indignados- y marcharse.
Esa imagen es síntoma de lo que somos, del punto en el que se encuentra nuestra sociedad. Vamos a lo nuestro, sin preocuparnos de los problemas ajenos, pensando que si no miramos, no existen y, por supuesto, no nos salpicarán. Es cierto que hay una minoría que no es así, que se concentra, que se manifiesta. Pero eso no es suficiente, porque, a veces, tan cobarde es atacar en grupo como defenderse. El verdadero valor se demuestra en soledad, en los actos individuales y eso hace mucho tiempo que lo perdimos en la generalidad. Ojalá lo recuperemos, porque es el pilar para todo lo demás.
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