Las Vegas, la ciudad de los excesos

Ando estos días en Las Vegas, trabajando. La verdad es que el contraste con el Madrid que dejé, pesimista, oscuro, lluvioso y asolado por las útimas medidas anticrisis del Gobierno es aplastante. Si además lo sumas a la semana reciente en el campamento de refugiados de Dajla durante de FiSahara, la sensación de ricos y pobres se hace extraordinariamente palpable. Desoladora, diría yo.

En este rincón del mundo no parece que llegue la crisis, ni los problemas, ni el paro... Que seguro que lo hace, pero todo el mundo lo esconde en algún oscuro rincón, o lo entierra en el desierto y ya lo recogerá a la vuelta. Aquí todo es a lo grande, la ciudad de los excesos, la más cercana al retrato que nos dibujan las películas de Hollywood... Despedidas de solteros y solteras, tipos en chanclas y calcetines acompañados con mujeres espectaculares subidas a 12 centímetros de tacón, y mucho dinero en las mesas... incluso el que no se tiene. Pero todo da igual, porque como dicen por aquí "lo que pasa en Las Vegas se queda en Las Vegas".

Aprovechando el viaje y a pesar de las nueve horas que me separan respecto a España, dbnews profundizará un poco en la ciudad, en la grandeza de los hoteles y en las peculiaridades de sus gentes. Tengo unos días para ellos. La foto superior, mala por los reflejos -prometo mejorarlas- está hecha desde la planta 30 del hotel Mandalay Bay.