Bofetadas de realidad
Decía Winston Churchill que “cuanto más atrás puedas mirar, más adelante verás”. Y qué razón tenía... Saco la frase a relucir, precisamente hoy, en mitad del auge europeo de la derecha, de las manifestaciones del mundo de la cultura en defensa de la memoria histórica y de declaraciones de filósofos contemporáneos que aseguran que "la izquierda del siglo XX está en crisis y la democracia del Estado del bienestar está llegando a su fin".
Y, sí, en medio de todo eso, ¿saben qué? Les recomiendo a todos, pero en especial a los valencianos, que se pasen por el Club Diario Levante a ver la exposición de Agustí Centelles, un auténtico innovador en el mundo de la fotografía y que trajo consigo un tesoro.
Habiendo permanecido preso en un campo de concentranción francés en 1939, Centelles consiguió retratar la vida dentro de las alambradas. Un testimonio único, puesto que las fotos hasta ahora expuestas mostraban presos vistos por la mirada ajena, por esa lente que, aún implicada, siempre será ajena por no haber sido parte de ese sufrimiento reflejado en la película.
Centelles, el mismo fotoperiodista que usó la segunda Leica -cámara de fabricación alemana con sistema de objetivo intercambiable- en España, logró salvar sus negativos y regalarnos ese tesoro, pare que nunca olvidemos los horrores de una guerra. Estamos muy lejos de vivir episodios semenjantes pero, visto lo visto, la memoria es muy frágil, sobre todo, cuando es selectiva... Estos bofetadas de realidad a buen seguro que nos harán bien.
Bien mal, pero bien.
Ustedes ya me entienden.
Y, sí, en medio de todo eso, ¿saben qué? Les recomiendo a todos, pero en especial a los valencianos, que se pasen por el Club Diario Levante a ver la exposición de Agustí Centelles, un auténtico innovador en el mundo de la fotografía y que trajo consigo un tesoro.
Habiendo permanecido preso en un campo de concentranción francés en 1939, Centelles consiguió retratar la vida dentro de las alambradas. Un testimonio único, puesto que las fotos hasta ahora expuestas mostraban presos vistos por la mirada ajena, por esa lente que, aún implicada, siempre será ajena por no haber sido parte de ese sufrimiento reflejado en la película.
Centelles, el mismo fotoperiodista que usó la segunda Leica -cámara de fabricación alemana con sistema de objetivo intercambiable- en España, logró salvar sus negativos y regalarnos ese tesoro, pare que nunca olvidemos los horrores de una guerra. Estamos muy lejos de vivir episodios semenjantes pero, visto lo visto, la memoria es muy frágil, sobre todo, cuando es selectiva... Estos bofetadas de realidad a buen seguro que nos harán bien.
Bien mal, pero bien.
Ustedes ya me entienden.
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