La sombra de la III Guerra Mundial
Mientras la situación en Israel se recrudece a la luz de los últimos acontecimientos, Afganistán continúa masacrando a civiles y soldados ocupantes en medio de la polémica filtración de WikiLeaks y Obama anuncia el fin de la guerra de Irak, redescubro un interesante blog, al que ye me he referido en alguna ocasión, que plantea una III Guerra Mundial. ¿El objetivo? Irán.
Tras Iraq, según indica El Proyecto Matriz, Irán (junto a Siria y Líbano) se encuentra entre los objetivos del Pentágono tal y como revelan documentos desclasificados de 1995 del Comando Central de EE.UU. El blog señala que la escala militar se extendería, además, hacia Corea del Norte, China y Rusia.
¿Descabellada la teoría del Proyecto Matriz? Pues, lamentablemente, no tanto. Bien es cierto que la guerra se ha convertido en el último de los recursos de los países desarrollados; ahora prefieren estrangular con bloqueos económicos, deudas externas y proteccionismos comerciales. Sin embargo, en el caso de Irán o China, por diferentes motivos, estas medidas son difíciles de llevar a término. El año pasado tuve ocasión de estudiar a Waltz, un neorrealista que exponía su particular teoría de las Relaciones Internacionales. Según Waltz, el contexto global se define por el poder, que los países ansían por una mera cuestión de supervivencia, derivando en una especia de balanceo de poder. Cuando ven su supervivencia amenazada por cualquier motivo, atacan o se asocian con quien creen que les puede ayudar, creándose las alianzas (como la OTAN, por ejemplo). China tiene todo el potencial para ser lo que Waltz califica un 'great power' (superpotencia), pero no ha ejercicido este poder militarmente hablando; lo ha hecho por la vía comercial.
EEUU, por su parte, se ve amenazado no sólo por el lado más Oriental, sino también por Irán y su cada vez mayor potencial nuclear. La tensión, de hecho, ha escalado hasta el punto de que el presidente iraní, Mahmud Ahmadineyad, quiere ser el nuevo Obama. Me explico, acaba de retar al presidente norteamericano a enfrentarse a un debate televisivo para ver quién tiene las mejores soluciones para arreglar el mundo. A estas alturas, Ahmadineyad parece querer granjearse el mayor número de simpatías posible, aunque fuera del mundo islámico éstas le vienen, en realidad, más por el desapego que desprende EEUU que por afinidad real con Irán.
Así las cosas, la visión bélica expuesta no parece tan descabellada, si bien la participación de actores intermedios como Reino Unido, Francia o Alemania -sí, mal que le pese a Zapatero, no incluyo a España- son cruciales. Pero no sólo ellos, también otros como India, las Coreas y los países africanos, que son al fin y al cabo los que nutren mayoritariamente todas las tropas de misión de paz de la ONU, algo de lo que no se suele hablar demasiado.
Ojalá todo se quede en una teoría, porque el tablero de una III Guerra Mundial, con el armamento y la tecnología actuales, cambia radicalmente respecto a las dos que le precedieron y podría resultar definitiva para la Humanidad.
Tras Iraq, según indica El Proyecto Matriz, Irán (junto a Siria y Líbano) se encuentra entre los objetivos del Pentágono tal y como revelan documentos desclasificados de 1995 del Comando Central de EE.UU. El blog señala que la escala militar se extendería, además, hacia Corea del Norte, China y Rusia.
¿Descabellada la teoría del Proyecto Matriz? Pues, lamentablemente, no tanto. Bien es cierto que la guerra se ha convertido en el último de los recursos de los países desarrollados; ahora prefieren estrangular con bloqueos económicos, deudas externas y proteccionismos comerciales. Sin embargo, en el caso de Irán o China, por diferentes motivos, estas medidas son difíciles de llevar a término. El año pasado tuve ocasión de estudiar a Waltz, un neorrealista que exponía su particular teoría de las Relaciones Internacionales. Según Waltz, el contexto global se define por el poder, que los países ansían por una mera cuestión de supervivencia, derivando en una especia de balanceo de poder. Cuando ven su supervivencia amenazada por cualquier motivo, atacan o se asocian con quien creen que les puede ayudar, creándose las alianzas (como la OTAN, por ejemplo). China tiene todo el potencial para ser lo que Waltz califica un 'great power' (superpotencia), pero no ha ejercicido este poder militarmente hablando; lo ha hecho por la vía comercial.
EEUU, por su parte, se ve amenazado no sólo por el lado más Oriental, sino también por Irán y su cada vez mayor potencial nuclear. La tensión, de hecho, ha escalado hasta el punto de que el presidente iraní, Mahmud Ahmadineyad, quiere ser el nuevo Obama. Me explico, acaba de retar al presidente norteamericano a enfrentarse a un debate televisivo para ver quién tiene las mejores soluciones para arreglar el mundo. A estas alturas, Ahmadineyad parece querer granjearse el mayor número de simpatías posible, aunque fuera del mundo islámico éstas le vienen, en realidad, más por el desapego que desprende EEUU que por afinidad real con Irán.
Así las cosas, la visión bélica expuesta no parece tan descabellada, si bien la participación de actores intermedios como Reino Unido, Francia o Alemania -sí, mal que le pese a Zapatero, no incluyo a España- son cruciales. Pero no sólo ellos, también otros como India, las Coreas y los países africanos, que son al fin y al cabo los que nutren mayoritariamente todas las tropas de misión de paz de la ONU, algo de lo que no se suele hablar demasiado.
Ojalá todo se quede en una teoría, porque el tablero de una III Guerra Mundial, con el armamento y la tecnología actuales, cambia radicalmente respecto a las dos que le precedieron y podría resultar definitiva para la Humanidad.
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