Los síndicatos del crímen

Desde hace mucho tiempo soy de la opinión de que los sindicatos han perdido el norte. Creo, además, que la actual crisis lo ha evidenciado claramente, dejando con el culo al aire tanto a UGT como a CCOO, que se han mostrado ante sus representados como unas estructuras anquilosadas, escleróticas socialmente y con un poder de reacción mínimo. Poco efectivos, vaya, sin mencionar el grado de politización -entendiendo por ser claramente partidistas- que han alcanzado.

Hasta aquí es una opinión y, como tal, discutible... más aún viniendo de mi, siempre enemigo de las medias tintas en mi afán por remover conciencias. Pero hete aquí que conozco de casos en los que cuando se convocó la huelga de funcionarios, los representantes sindicales presionaron a todos los compañeros para ir a la huelga. Llegó el día de la verdad y esos mismos reprensentantes acudieron a su puesto de trabajo como un día más. Eso ya no es una opinión. Es un hecho.

Pero lo que más me duele, lo que ya termina por hacer perder mi fe en unos sindicatos corrompidos, es lo acontecido en Canarias. UGT va a despedir a 160 trabajadores de su Fundescan (Fundación para el Desarrollo Social de Canarias) y, adivinen, lo hará dándoles 20 días por año trabajado de indemnización... 20 días que pagará Fogasa (Fondo de Garantía Salarial). La misma UGT que tiene la desvergüenza de convocarnos a una huelga general el próximo 29 de septiembre.

Y esto, amigos, tampoco es una opinión; es un hecho. Les dejo a ustedes que se formen la suya propia.