Hambre: la vergüenza de 925 millones
Cuando en el año 2000 la ONU marcó los Objetivos del Milenio, con el horizonte 2015 para su cumplimiento, no podía imaginar que estaría tan lejos de conseguirlo. Combatir el hambre era uno de estos objetivos, pero las cifras publicadas ayer por la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación) no llaman a la esperanza. A pesar de que por primera vez en 15 años la cifra de personas que sufren desnutrición ha caído, el 13,5% de la población mundial, esto es, 925 millones de personas pasan hambre en el mundo.
Sí, son 98 millones menos que en 2009 pero Intermón lo puede decir más alto, pero no más claro: desde 2000, la proporción de personas desnutridas en el mundo ha disminuido sólo en medio punto porcentual, del 14% en 2000 al 13,5% actual. En teoría, ese porcentaje tiene que quedar reducido en 2015 al 7%.
Y la causa del fracaso es, directamente, la ignorancia... y la estupidez porque, a pesar de ser lo que más les escuece, esa indiferencia resulta mucho más cara a los países desarrollados. El hambre cuesta alrededor de 450.000 millones de dólares (casi 350.000 millones de euros) al año a los países más pobres, una cantidad que es "más de diez veces" superior a la suma que se estima necesaria para reducir a la mitad el hambre en 2015. Son cifras aportadas en un reciente informe de Ayuda en Acción y ActionAid, cuya directora general, Joanna Kerr, asegura que "luchar contra el hambre inmediatamente sería diez veces más barato que ignorarla".
Quizás habría que mirar hacia modelos como el brasileño, que en 2006 (nueve años antes del plazo fijado por la ONU) consiguió reducir a la mitad el hambre en el país, gracias a la combinación de políticas de crédito y sociales. España también debería mirar hacia Brasil, porque en nuestro país ya vive un 20% de la población por debajo del umbral de la pobreza.
El hambre y la pobreza extrema era tan sólo el primer objetivo. El resto de los ocho Objetivos del Milenio (enseñanza primaria universal; igualdad entre los géneros y la autonomía de la mujer; reducir la mortalidad infantil; mejorar la salud materna; combatir el VIH/SIDA, el paludismo y otras enfermedades; garantizar el sustento del medio ambiente; y fomentar una asociación mundial para el desarrollo) tampoco se van a cumplir en fecha... si es que algún día se cumplen. ¿Cuándo tomará sus propias riendas la ONU y se autocuestionará en lugar de ampliar los plazos o rebajar los objetivos una y otra vez?
Sí, son 98 millones menos que en 2009 pero Intermón lo puede decir más alto, pero no más claro: desde 2000, la proporción de personas desnutridas en el mundo ha disminuido sólo en medio punto porcentual, del 14% en 2000 al 13,5% actual. En teoría, ese porcentaje tiene que quedar reducido en 2015 al 7%.
Y la causa del fracaso es, directamente, la ignorancia... y la estupidez porque, a pesar de ser lo que más les escuece, esa indiferencia resulta mucho más cara a los países desarrollados. El hambre cuesta alrededor de 450.000 millones de dólares (casi 350.000 millones de euros) al año a los países más pobres, una cantidad que es "más de diez veces" superior a la suma que se estima necesaria para reducir a la mitad el hambre en 2015. Son cifras aportadas en un reciente informe de Ayuda en Acción y ActionAid, cuya directora general, Joanna Kerr, asegura que "luchar contra el hambre inmediatamente sería diez veces más barato que ignorarla".
Quizás habría que mirar hacia modelos como el brasileño, que en 2006 (nueve años antes del plazo fijado por la ONU) consiguió reducir a la mitad el hambre en el país, gracias a la combinación de políticas de crédito y sociales. España también debería mirar hacia Brasil, porque en nuestro país ya vive un 20% de la población por debajo del umbral de la pobreza.
El hambre y la pobreza extrema era tan sólo el primer objetivo. El resto de los ocho Objetivos del Milenio (enseñanza primaria universal; igualdad entre los géneros y la autonomía de la mujer; reducir la mortalidad infantil; mejorar la salud materna; combatir el VIH/SIDA, el paludismo y otras enfermedades; garantizar el sustento del medio ambiente; y fomentar una asociación mundial para el desarrollo) tampoco se van a cumplir en fecha... si es que algún día se cumplen. ¿Cuándo tomará sus propias riendas la ONU y se autocuestionará en lugar de ampliar los plazos o rebajar los objetivos una y otra vez?
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