Marruecos edita sus propios vídeos
Marruecos ha comenzado a difundir sus propios vídeos del asalto al campamento el pasado día 8 de noviembre. En él se pueden ver escenas violentas por parte de los saharauis. Incluso, se puede ver cómo supuestamente un saharaui degolla a un marroquí. Y digo 'supuestamente' porque bien podría ser un montaje, dado el bloqueo informativo y la manipulación mediática marroquí.
Aunque no fuera un montaje, ¿cuál es la diferencia? Que los saharahuis no lo ocultan; que del mismo modo que cuentan cómo fueron masacrados por el ejército marroquí, cuentan cómo se defendieron. Ayer mismo Javier Sopeña, en su comparecencia ante prensa, explicó cómo "los saharauis contuvieron el ataque con palos, piedras, cuchillos y bombonas de butano". La diferencia es que Marruecos no edita sus vídeos mostrando las palizas a saharauis en proporción de 50 a 1, como explicó ayer Silvia García.
Porque, si usted estuviera manifestándose pacíficamente en un campamento, reclamando una vivienda y un trabajo dignos, huyendo de polémicas políticas, y una madrugada entrara el ejército de manera violenta, echando gas lacrimógeno, vertiendo agua caliente en las tiendas, pegando igualmente a niños, mujeres y ancianos, moliendo a palos a todo el que está en el campamento, se resista o no... ¿no temería por su vida y la de los suyos? ¿no se defendería a toda costa? Más aún cuando el ejército del que hablamos es el mismo que ha estado ejerciendo vejaciones a su pueblo antes, incluso, de levantar el campamento.
Que ninguna muerte es justificada es una falacia. Las hay justificadas, porque llega un punto en el que se sobrepasa el límite en el que sólo se pisotea la dignidad, llega un punto en lo que se pisotea es la propia vida sólo por ser de un pueblo determinado. Siento la crudeza, pero cuando se traspasa esa línea y, además, todos los testigos que podrían evitarlo están mirando para otro lado, es el momento de actuar. Y las muertes comienzan a justificarse porque si no, es la propia, la de uno, la que se produciría. Y quizás por eso llegan ya noticias de que el Frente Polisario ha convocado ya a todos los guerreros el próximo día 21 en sus regiones militares, ha llamado a los jóvenes que quieran entrar en la escuela militar.
Y mientras, España continúa sin saber qué pasó, aunque a la hora de rescatar a los activistas españoles tienen claro que no moverá un dedo hasta que éstos se busquen la vida para llegar a Casa de España en El Aaiún. Si son asesinados en esta travesía hacia la especie de Consulado en que se ha convertido la Casa de España, es su problema, no de España. Y llegan noticias ahora de que agentes del CNI se alinean con las versiones marroquíes. De ser cierto, pésima imagen la del CNI que precisa más de una semana para esclarecer los hechos. Qué despropósito y qué contradicción.
Un último apunte (siento la extensión): esta mañana escuché en la radio a una analista política sugerir la entrada de Al Qaeda entre los jóvenes saharauis. No niego esa posibilidad, pero hay que ir más allá de esa lectura y preguntarse qué facilidades está dando España y la Comunidad Internacional, con su pasividad, para que esto suceda. Cuando uno se sabe víctima de una injusticia según el más esencial Derecho Internacional y nadie te ampara, nadie te defiende salvo un grupo que se llama Al Qaeda, ¿acaso no es legítimo sentir que sólo ellos están de su parte? Ya sucedió en las inundaciones de Pakistán, cuando la ayuda internacional se quedó corta y estuvo mal planificada y los únicos que ayudaron fueron grupos talibanes, ganándose la simpatía de los paquistaníes. Ya sucede en Colombia, donde pueblos enteros tiene escuelas y hospitales gracias a los narcos. Pero en todos esos casos, la culpa no es del que acepta cosas de un grupo violento, ni siquiera del grupo violento... el único culpable es el Gobierno o la institución internacional que no asume su papel y mira hacia otro lado, que renuncia a aceptar su responsabilidad y delega veladamente en estos grupos armados. No se lo reprochemos después. Reprochemosnoslo a nosotros mismos.
Aunque no fuera un montaje, ¿cuál es la diferencia? Que los saharahuis no lo ocultan; que del mismo modo que cuentan cómo fueron masacrados por el ejército marroquí, cuentan cómo se defendieron. Ayer mismo Javier Sopeña, en su comparecencia ante prensa, explicó cómo "los saharauis contuvieron el ataque con palos, piedras, cuchillos y bombonas de butano". La diferencia es que Marruecos no edita sus vídeos mostrando las palizas a saharauis en proporción de 50 a 1, como explicó ayer Silvia García.
Porque, si usted estuviera manifestándose pacíficamente en un campamento, reclamando una vivienda y un trabajo dignos, huyendo de polémicas políticas, y una madrugada entrara el ejército de manera violenta, echando gas lacrimógeno, vertiendo agua caliente en las tiendas, pegando igualmente a niños, mujeres y ancianos, moliendo a palos a todo el que está en el campamento, se resista o no... ¿no temería por su vida y la de los suyos? ¿no se defendería a toda costa? Más aún cuando el ejército del que hablamos es el mismo que ha estado ejerciendo vejaciones a su pueblo antes, incluso, de levantar el campamento.
Que ninguna muerte es justificada es una falacia. Las hay justificadas, porque llega un punto en el que se sobrepasa el límite en el que sólo se pisotea la dignidad, llega un punto en lo que se pisotea es la propia vida sólo por ser de un pueblo determinado. Siento la crudeza, pero cuando se traspasa esa línea y, además, todos los testigos que podrían evitarlo están mirando para otro lado, es el momento de actuar. Y las muertes comienzan a justificarse porque si no, es la propia, la de uno, la que se produciría. Y quizás por eso llegan ya noticias de que el Frente Polisario ha convocado ya a todos los guerreros el próximo día 21 en sus regiones militares, ha llamado a los jóvenes que quieran entrar en la escuela militar.
Y mientras, España continúa sin saber qué pasó, aunque a la hora de rescatar a los activistas españoles tienen claro que no moverá un dedo hasta que éstos se busquen la vida para llegar a Casa de España en El Aaiún. Si son asesinados en esta travesía hacia la especie de Consulado en que se ha convertido la Casa de España, es su problema, no de España. Y llegan noticias ahora de que agentes del CNI se alinean con las versiones marroquíes. De ser cierto, pésima imagen la del CNI que precisa más de una semana para esclarecer los hechos. Qué despropósito y qué contradicción.
Un último apunte (siento la extensión): esta mañana escuché en la radio a una analista política sugerir la entrada de Al Qaeda entre los jóvenes saharauis. No niego esa posibilidad, pero hay que ir más allá de esa lectura y preguntarse qué facilidades está dando España y la Comunidad Internacional, con su pasividad, para que esto suceda. Cuando uno se sabe víctima de una injusticia según el más esencial Derecho Internacional y nadie te ampara, nadie te defiende salvo un grupo que se llama Al Qaeda, ¿acaso no es legítimo sentir que sólo ellos están de su parte? Ya sucedió en las inundaciones de Pakistán, cuando la ayuda internacional se quedó corta y estuvo mal planificada y los únicos que ayudaron fueron grupos talibanes, ganándose la simpatía de los paquistaníes. Ya sucede en Colombia, donde pueblos enteros tiene escuelas y hospitales gracias a los narcos. Pero en todos esos casos, la culpa no es del que acepta cosas de un grupo violento, ni siquiera del grupo violento... el único culpable es el Gobierno o la institución internacional que no asume su papel y mira hacia otro lado, que renuncia a aceptar su responsabilidad y delega veladamente en estos grupos armados. No se lo reprochemos después. Reprochemosnoslo a nosotros mismos.
Decir que hay muertes justificadas es poco menos que proponer la restauración de la Ley del Talión. Está claro que no es lo mismo atacar que defenderse, pero eso no es suficiente para juzgar desde fuera quién es el asesino en cada caso particular. Por otro lado, buscar el amparo en terroristas no parece la mejor solución, por mucho que pueda parecer la única.Son asesinos, son los malos, como lo es ahora Marruecos, pero claro, no en este conflicto y no para los saharauis.
ResponderEliminarEstoy de acuerdo en que buscar el amparo de los terroristas no es la mejor solución. Espero que el Gobierno español y la Comunidad Internacional también se den cuenta de ello y dejen de impulsar con su indiferencia y pasividad. Respecto a las muertes justificadas, nada más lejos de la Ley de Talión. Siento que hagas una lectura tan, a mi modo de ver, simplista. Es un tema sobre el que se ha escrito mucho (Valentino, Strauss, Goldhagen o Primo Levi, entre muchos otros) y ni siquiera ellos se ponen de acuerdo cuando juzgan genocidios como el Holocausto nazi o la matanza étnica de Ruanda. Te recomiendo alguna de estas lecturas si quieres profundizar en el tema.
ResponderEliminarMuchas gracias por tu aportación.
Saludos