Despilfarro y falta de transparencia en la lucha contra la lacra de la violencia de género

El servicio de atención telefónica dirigido a informar y orientar a hombres sobre la igualdad (900 21 00 21) ha echado el cierre. La secretaría de Estado de Igualdad lo ha clausurado argumentando criterios de austeridad y, además, avanzando que no será el último recorte. Este año llevamos ya 69 mujeres asesinadas por sus parejas. En este contexto, el cierre del servicio telefónico es sin duda es una mala noticia, pero que viene a confirmar un nuevo acto de improvisación por parte del Gobierno. ¿Cómo es posible arrancar un servicio de este tipo y no publicitarlo? Si realizáramos una encuesta entre la población, pocos serían los que conocen este servicio telefónico.

Pero yo iría aún más lejos. En los 379 días que ha durado el servicio, el Gobierno dice haber gastado 822.000 euros y haber recibido 6.515 llamadas. Si echamos cuentas, el servicio telefónico ha recibido unas 17 llamadas al día a un coste por llamada de 126 euros. Y es que el servicio ha costado a las arcas del Estado casi 2.200 euros diarios. ¿Cómo es posible esto? El ministerio de Sanidad, que ahora engloba a la secretaría de Estado de Igualdad, debería ser más transparente y, puestos a recortar, debería desglosar de manera por menorizada el destino de cada uno de esos euros porque de ello pueden concluirse tres cosas:

1. Que el desorbitado coste quede justificado.
2. Que se puedan optimizar los costes sin acabar con el servicio.
3. Que se evidencie una pésima gestión y un despilfarro.

Yo soy partidario de las dos últimas. Sinceramente, creo no salen las cuentas y que, de hacerlo, no sería necesario retirar el servicio. Para empezar y dado que no se reciben ni 20 llamadas al día, ¿cuánto personal están destinando a atender llamadas? En cuanto a la ubicación de los operadores, considerando el bajo número necesario, seguramente se podrán ubicar en cualquiera de las muchas instalaciones del ministerio. Antes de retirar un servicio como éste -todo es poco para luchar contra la lacra de la violencia de género- sería mucho mejor restringir las horas de funcionamiento, el personal, etc...

Pero nunca lo sabremos, porque las cuentas no están accesibles para el ciudadano... no, al menos, abiertamente, sin tener que bucear en un maremagnum de burocracia. La transparencia lo es todo y en este Gobierno cada vez tenemos menos.