Falsificación de la Democracia
Hace tiempo que los políticos vienen siendo una de las principales preocupaciones de la ciudadanía, fundamentalmente por sus malas artes. Cuando a un político se le pregunta por este hecho, acostumbra a llevarse las manos a la cabeza y aludir que, en realidad, esta preocupación se basa más en el desconocimiento que en una realidad constatable. A los hechos me remito:
El Confidencial no es santo de mi devoción por su manifiesto partidismo, pero en la edición de hoy destaca una práctica que se está convirtiendo en habitual y que dice mucho de cómo se hace política en nuestro país o, lo que es lo mismo, cómo los políticos gobiernan para el pueblo pero sin el pueblo. El Confidencial explica cómo el Gobierno enmascara normas bajo auténticos cajones de sastre, como ha hecho con la disposición de Ley Sinde en la Ley de Economía Sostenible. Ejemplos de ello es cómo dentro de la Ley del Servicio Postal Universal se incluyeron las ayudas a las concesionarias de autopistas, o cómo dentro del Fondo para la Promoción del Desarrollo, que regula la cooperación internacional, se contemplaban las nuevas condiciones laborales de los controladores aéreos.
¿El motivo de este camuflaje legislativo? Conseguir la aprobación por una vía a todas luces legal, pero ilegítima. Además, como digo, se esta convirtiendo en práctica habitual de quienes gobiernan, sin distinción de color político. En este sentido, ustedes me dirán que tiene que ver la Ley de Cajas de Ahorros con la reforma de la Ley Antibotellón... diría que nada, pero no es lo que opina el gobierno regional de Esperanza Aguirre, con su fiel escudero Antonio Beteta a su diestra.
No sé qué es peor, si que los políticos se consideren incompetentes entre sí -otra explicación no hallo para enteder tamaña falsificación de la Democracia- o que se rían tan descaradamente de la ciudadanía. Bueno, en realidad sí lo sé. Y precisamente, por ese motivo, en la esquina superior derecha de esta página web puede participar en una encuestra para ver la capacidad de reacción del pueblo soberano... al menos, para protestar.
El Confidencial no es santo de mi devoción por su manifiesto partidismo, pero en la edición de hoy destaca una práctica que se está convirtiendo en habitual y que dice mucho de cómo se hace política en nuestro país o, lo que es lo mismo, cómo los políticos gobiernan para el pueblo pero sin el pueblo. El Confidencial explica cómo el Gobierno enmascara normas bajo auténticos cajones de sastre, como ha hecho con la disposición de Ley Sinde en la Ley de Economía Sostenible. Ejemplos de ello es cómo dentro de la Ley del Servicio Postal Universal se incluyeron las ayudas a las concesionarias de autopistas, o cómo dentro del Fondo para la Promoción del Desarrollo, que regula la cooperación internacional, se contemplaban las nuevas condiciones laborales de los controladores aéreos.
¿El motivo de este camuflaje legislativo? Conseguir la aprobación por una vía a todas luces legal, pero ilegítima. Además, como digo, se esta convirtiendo en práctica habitual de quienes gobiernan, sin distinción de color político. En este sentido, ustedes me dirán que tiene que ver la Ley de Cajas de Ahorros con la reforma de la Ley Antibotellón... diría que nada, pero no es lo que opina el gobierno regional de Esperanza Aguirre, con su fiel escudero Antonio Beteta a su diestra.
No sé qué es peor, si que los políticos se consideren incompetentes entre sí -otra explicación no hallo para enteder tamaña falsificación de la Democracia- o que se rían tan descaradamente de la ciudadanía. Bueno, en realidad sí lo sé. Y precisamente, por ese motivo, en la esquina superior derecha de esta página web puede participar en una encuestra para ver la capacidad de reacción del pueblo soberano... al menos, para protestar.
Es q todo vale David? O es q nos estamos aletargando...
ResponderEliminarAbzs del alma, David!
Espero que no, Male!! FELIZ 2011!! Ya verás cono es un gran año!
ResponderEliminarHaberte descubierto ya es un anticipo..
ResponderEliminarNamasté David!