Autorregular los anuncios de prostitución
El ministro de la Presidencia, Ramón Jaúregui lo afirmó ayer tajantemente: el Ejecutivo no prohibirá las ofertas de comercio sexual, a pesar de los amagos que ha realizado en varias ocasiones. En su lugar, el Gobierno apuesta por la autorregulación, contradiciendo aquellas palabras de Rodríguez Zapatero durante le debate sobre el estado de la nación en las que aseguraba que "los anuncios deben ser eliminados".
A pesar de constatar otra deriva del Gobierno, es una buena noticia, porque prohibir los anuncios de una actividad hoy por hoy legal sería una intromisión por parte del Gobierno sencillamente intolerable. Una intromisión, por otro lado, que tampoco extrañaría, dado que ahora es el Estado quien decide el ejemplo o no que debemos de dar a los niños, que ya no pueden vernos fumar en espacios abiertos -según la 'Ley Antitabaco'.
La prohibición de esos anuncios sería empezar la casa por el tejado, porque como apuntaba el otro día la Defensora del Pueblo, lo que hay que hacer es regular la prostitución en sí -que no su ilegalización-. Eso sí sería buena idea, tal y como dbnews ha expresado ya en más de una ocasión. Pero no se hace, porque eso se traduciría en medidas impopulares: Si prohibes la prostitución, impides a quienes la ejercen libremente por el nivel de vida que ello que reporta -que los hay, y muchos y muchas, no nos ceguemos con el argumentario de las esclavas sexuales, que no son las únicas que se prostituyen-, si la regulas, te echas encima a todos los vecinos -es decir, votantes- que viven cerca de donde se desarrolla esta actividad. Y en política, ya se sabe, medidas impopulares, aunque sean necesarias y honestas, pocas.
Así que parece que, como es lógico, juzgar la ética de los periódicos será labor de los lectores, de los ciudadanos y no del Estado. Habrá de ser la ciudadanía quien valore o no a medios como Público, que desde su nacimiento no incluye este tipo de anuncios que generan un negocio de 40 millones de euros al año.
A pesar de constatar otra deriva del Gobierno, es una buena noticia, porque prohibir los anuncios de una actividad hoy por hoy legal sería una intromisión por parte del Gobierno sencillamente intolerable. Una intromisión, por otro lado, que tampoco extrañaría, dado que ahora es el Estado quien decide el ejemplo o no que debemos de dar a los niños, que ya no pueden vernos fumar en espacios abiertos -según la 'Ley Antitabaco'.
La prohibición de esos anuncios sería empezar la casa por el tejado, porque como apuntaba el otro día la Defensora del Pueblo, lo que hay que hacer es regular la prostitución en sí -que no su ilegalización-. Eso sí sería buena idea, tal y como dbnews ha expresado ya en más de una ocasión. Pero no se hace, porque eso se traduciría en medidas impopulares: Si prohibes la prostitución, impides a quienes la ejercen libremente por el nivel de vida que ello que reporta -que los hay, y muchos y muchas, no nos ceguemos con el argumentario de las esclavas sexuales, que no son las únicas que se prostituyen-, si la regulas, te echas encima a todos los vecinos -es decir, votantes- que viven cerca de donde se desarrolla esta actividad. Y en política, ya se sabe, medidas impopulares, aunque sean necesarias y honestas, pocas.
Así que parece que, como es lógico, juzgar la ética de los periódicos será labor de los lectores, de los ciudadanos y no del Estado. Habrá de ser la ciudadanía quien valore o no a medios como Público, que desde su nacimiento no incluye este tipo de anuncios que generan un negocio de 40 millones de euros al año.
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