Portugal: la abstención y el espejismo del triunfo

Tras la convención anual del PP en Valencia se pueden sacar muchas conclusiones pero, sin duda, una de las principales es el cambio en el discurso de Rajoy. Ya no es ese líder a medio gas, que aparecía por detrás de Aznar -aunque, ojo, la sombra de Aznar es alargada-; ahora vende una imagen presidencial, convencido de que será elegido en las elecciones del año que viene. Un cambio radical, como ponerse de 0 a 100 km/h en 4 segundos, que puede hacer perder el control del coche si no se tiene el volante cogido con fuerza.

Pero ante este espíritu triunfalista, en el que se da a Rubalcaba como el candidato del PSOE, todos los partidos deberían mirar hoy hacia Portugal. Ya saben el dicho, "cuando las barbas de tu vecino veas cortar, pon las tuyas a remojar"... Y es que al sonado triunfo de Cavaco Silva en primera vuelta hay que adosar una reflexión más profunda: el récord de abstención rozó el 53%. Sócrates ha sido víctima, entre otros factores, del desgaste de la recesión a la que hizo frente con recortes en los sueldos de los funcionarios y subidas de IVA... ¿les suena? La urnas le han devuelto el gesto y los socialistas no han llegado ni a un 20% de los votos.

Sin embargo, a pesar de la reelección de Cavaco Silva, estas elecciones son una mala noticia incluso para él. Y lo son porque evidencian el descontento de la ciudadanía, que siente que su voto no sirve para nada, sea el ganador del signo que sea. El descontento y decepción con el sistema, con la clase política es tal que superar el 50% de índice de participación es casi un espejismo.

En España, ojalá no alcancemos ni siquiera el 40% de participación para expresar así los verdaderos efectos del malhacer político. Pero lo superaramos con creces. ¿Por qué? Porque el PSOE -nótese que ya no digo 'la izquierda'- tratará de movilizar a su electorado amedrentándolo con "la llegada de una derecha peligrosa, trasnochada y demasido pretérita para los tiempos que corren". Por su parte, los votantes de la derecha saldrán a votar en masa -siempre lo hacen mucho más que los de ideología opuesta- "para echar de una vez por todas a los sociatas que, tras dos legislaturas, han arruinado el país".

Y todo seguirá igual. Lástima.