Héroes anónimos del siglo XXI
Ayer tuve oportunidad de conocer a un personaje singular, una especie de héroe del siglo XXI. Su nombre, Mohamed Khayet, marroquí que ejerce la docencia como profesor titular en el departamento de Física Aplicada de la facultad de Ciencias Físicas de la Universidad Complutense de Madrid. ¿Por qué es tan singular? Porque es uno de los cinco expertos en todo el mundo en desalinización de agua utilizando membranas, habiendo revolucionado el proceso. No les abrumaré con detalles técnicos, pero su hallazgos han permitido destilar aguas con 200 gramos de sales por litro (el agua de mar sólo tiene 30 gramos) con una capacidad de filtración del 99% -prácticamente agua destilada-, mucho más que con los actuales procesos por osmosis inversa, que es la que se aplica en la práctica totalidad de las plantas desalinizadoras de España. Los beneficios son máximos para tratar aguas residuales, incluso, esas que las osmosis inversa no puede filtrar y lanza al mar contaminándolo. La industria de semiconductores y farmacológica ya se han interesado por esta extraordinaria capacidad de filtración.
Esta eminencia que es Khayet, se ha hecho así mismo. De origen marroquí (licenciado por la Universidad de Marrakech) aprovechó becas de AECID para realizar su doctorado en la Complutense, su post doctorado en Ottawa (Canadá) y, de vuelta, convertirse en profesor titular. Precisamente por su excelencia, cuando estaba en Ottawa fue reclamado por el Centro de Investigación sobre Desalinización de Oriente Próximo (MEDRC) de Omán, un proyecto que forma parte del Proceso de Paz de Oriente Próximo, agrupando a países como a Israel, la Autoridad Nacional Palestina, Jordania, Omán, Qatar, EEUU, Países Bajos, Japón y Corea del Sur. Khayet ha desarrollado ya dos proyectos en este centro, habiendo llegado a él casi una década antes de que España decidiera apostar por participar en la iniciativa. Sus investigaciones han sido tan avanzadas que una empresa de capital saudí-jordano ya ha comprada las patentes y comenzará en breve la industrialización de este nuevo sistema de trataniento de aguas.
Pero es que además, este marroquí -qué falta le hace a ese país la marcha de Mohamed VI para que eminencias como ésta puedan explotar todo su potencial libremente- ha ampliado el alcance de sus investigaciones a la descontaminación nuclear de aguas radiactivas... a propósito de Japón. Khayet desarrolló sus investigaciones en el Instituto de Tecnología Nuclear de Varsovia y ya existen plantas piloto descontaminando las aguas con mucho éxito.
Hace apenas una semana, los medios nos escatimaron espacio en 'celebrar' a su manera el Día Mundial del Agua, pero pasado ese día... se acabó. ¿Habían oído hablar del profesor Khayet? Seguramente no, como tampoco de sus extraordinarios hallazgos. Y no le conocen porque personajes de este calibre no interesan en los grandes medios de comunicación, a pesar de que en silencio, anónimamente, cambian la sociedad, mejoran este mundo. En este caso concreto, con el reto añadido de proceder de un país pobre con muchas limitaciones, muxhos obstáculos por superar. Por eso hoy, y aunque no tenga un gran calado, yo sí me acuerdo de estos hérose anónimos del siglo XXI.
Vaya desde aquí un homenaje.
Esta eminencia que es Khayet, se ha hecho así mismo. De origen marroquí (licenciado por la Universidad de Marrakech) aprovechó becas de AECID para realizar su doctorado en la Complutense, su post doctorado en Ottawa (Canadá) y, de vuelta, convertirse en profesor titular. Precisamente por su excelencia, cuando estaba en Ottawa fue reclamado por el Centro de Investigación sobre Desalinización de Oriente Próximo (MEDRC) de Omán, un proyecto que forma parte del Proceso de Paz de Oriente Próximo, agrupando a países como a Israel, la Autoridad Nacional Palestina, Jordania, Omán, Qatar, EEUU, Países Bajos, Japón y Corea del Sur. Khayet ha desarrollado ya dos proyectos en este centro, habiendo llegado a él casi una década antes de que España decidiera apostar por participar en la iniciativa. Sus investigaciones han sido tan avanzadas que una empresa de capital saudí-jordano ya ha comprada las patentes y comenzará en breve la industrialización de este nuevo sistema de trataniento de aguas.
Pero es que además, este marroquí -qué falta le hace a ese país la marcha de Mohamed VI para que eminencias como ésta puedan explotar todo su potencial libremente- ha ampliado el alcance de sus investigaciones a la descontaminación nuclear de aguas radiactivas... a propósito de Japón. Khayet desarrolló sus investigaciones en el Instituto de Tecnología Nuclear de Varsovia y ya existen plantas piloto descontaminando las aguas con mucho éxito.
Hace apenas una semana, los medios nos escatimaron espacio en 'celebrar' a su manera el Día Mundial del Agua, pero pasado ese día... se acabó. ¿Habían oído hablar del profesor Khayet? Seguramente no, como tampoco de sus extraordinarios hallazgos. Y no le conocen porque personajes de este calibre no interesan en los grandes medios de comunicación, a pesar de que en silencio, anónimamente, cambian la sociedad, mejoran este mundo. En este caso concreto, con el reto añadido de proceder de un país pobre con muchas limitaciones, muxhos obstáculos por superar. Por eso hoy, y aunque no tenga un gran calado, yo sí me acuerdo de estos hérose anónimos del siglo XXI.
Vaya desde aquí un homenaje.
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