La economía sumergida que interesa
Sin lugar a dudas, la noticia económica en el último tramo de ayer y que aún hoy colea es el informe de la Fundación de las Cajas de Ahorros (Funcas) que revela que en España hay cuatro millones de empleos no declarados. Eso se traduce en unos 30.000 millones de euros anuales que se recauda de menos o, lo que es lo mismo, el 17% del PIB.
A pesar de lo contundente de las cifras, dicen las malas lenguas que esta situación interesa se perpetúa por parte de los diferentes Gobiernos que han pasado por España. ¿Por qué? Bueno, porque aunque estamos en crisis y ya nadie parece recordarlo, en el mejor momento económico de España, cuando crecíamos catapultados por el boom inmobiliario por encima de la media Europea, con todo, teníamos dos millones de parados. Comparados con los 4,3 millones actuales no parecen mucho, pero lo son, y evidencian unas rigideces en nuestro sistema que no son fáciles de atajar.
Más aún ahora en crisis, si no fuera por la existencia de economía surmegida la situación de muchas personas estaría al borde de la revolución social. De hecho, los autores del estudio indican que una alto número de quienes realizan su actividad como economía sumergida no la compatibilizan con la economía oficial, sino que se trata en realidad de su única actividad laboral. Y no hablamos sólo del pérfido empresario, sino del pobre camarero que trabaja sin contrato 14 horas diarias... y que no cotiza. Y, al no cotizar, ni paro ni jubilación, lo que también es un desahogo para las arcas del Estado. Sería interesante hacer el cálculo de cuánto dinero se ahorra la Seguridad Social con la economía sumergida. Pero esas cifras no se ponen en el papel...
Por otro lado, el estudio es engañoso, porque el hecho de que se cifre en cuatro millones los puestos 'negros', no quiere decir que si fueran 'blancos' existieran... si acarrearan los costes sociales que hay que pagar, es muy posible que el número se redujera drásticamente, no nos engañemos. Én ese sentido, otro estudio, éste de 2009, indicaba que los perceptores de dinero negro en España son entre 12 y 15 millones de trabajadores que están en la economía sumergida, donde se incluye a los que, aunque tienen un empleo con contrato legal, también dedican entre 10 y 15 horas semanales a trabajos no declarados. Asimismo, a finales del año pasado, un informe ponía de manifiesto que un uso más intensivo de los pagos electrónicos podría reducir la economía sumergida en España en unos 23.600 millones euros, un 11,5% del total estimado entonces.
Sea como fuere, la situación es preocupante, porque mientras la economía sumergida es ilegal en sí misma, la economía oficial cae en la ilegalidad con demasiada frecuencia: el 54% de los ERE de la Junta de Andalucía están 'contaminados'; en tan sólo 19 de las 35 empresas investigadas hasta ahora, ya se han detectado 70 intrusos.
Ante este panorama, además de políticas menos rígidas para los autónomos, tan sólo cabe un remedio: mayores inspecciones como, de hecho, ya demandan los propios inspectores... con la salvedad de que exigen un aumento de su plantilla porque la realidad es que el cuerpo de inspectores de Hacienda y Trabajo se encuentra bajo mínimos... y vuelta a empezar: ¿Le interesa o no le interesa al Estado dar carpetazo a esta situación?
A pesar de lo contundente de las cifras, dicen las malas lenguas que esta situación interesa se perpetúa por parte de los diferentes Gobiernos que han pasado por España. ¿Por qué? Bueno, porque aunque estamos en crisis y ya nadie parece recordarlo, en el mejor momento económico de España, cuando crecíamos catapultados por el boom inmobiliario por encima de la media Europea, con todo, teníamos dos millones de parados. Comparados con los 4,3 millones actuales no parecen mucho, pero lo son, y evidencian unas rigideces en nuestro sistema que no son fáciles de atajar.
Más aún ahora en crisis, si no fuera por la existencia de economía surmegida la situación de muchas personas estaría al borde de la revolución social. De hecho, los autores del estudio indican que una alto número de quienes realizan su actividad como economía sumergida no la compatibilizan con la economía oficial, sino que se trata en realidad de su única actividad laboral. Y no hablamos sólo del pérfido empresario, sino del pobre camarero que trabaja sin contrato 14 horas diarias... y que no cotiza. Y, al no cotizar, ni paro ni jubilación, lo que también es un desahogo para las arcas del Estado. Sería interesante hacer el cálculo de cuánto dinero se ahorra la Seguridad Social con la economía sumergida. Pero esas cifras no se ponen en el papel...
Por otro lado, el estudio es engañoso, porque el hecho de que se cifre en cuatro millones los puestos 'negros', no quiere decir que si fueran 'blancos' existieran... si acarrearan los costes sociales que hay que pagar, es muy posible que el número se redujera drásticamente, no nos engañemos. Én ese sentido, otro estudio, éste de 2009, indicaba que los perceptores de dinero negro en España son entre 12 y 15 millones de trabajadores que están en la economía sumergida, donde se incluye a los que, aunque tienen un empleo con contrato legal, también dedican entre 10 y 15 horas semanales a trabajos no declarados. Asimismo, a finales del año pasado, un informe ponía de manifiesto que un uso más intensivo de los pagos electrónicos podría reducir la economía sumergida en España en unos 23.600 millones euros, un 11,5% del total estimado entonces.
Sea como fuere, la situación es preocupante, porque mientras la economía sumergida es ilegal en sí misma, la economía oficial cae en la ilegalidad con demasiada frecuencia: el 54% de los ERE de la Junta de Andalucía están 'contaminados'; en tan sólo 19 de las 35 empresas investigadas hasta ahora, ya se han detectado 70 intrusos.
Ante este panorama, además de políticas menos rígidas para los autónomos, tan sólo cabe un remedio: mayores inspecciones como, de hecho, ya demandan los propios inspectores... con la salvedad de que exigen un aumento de su plantilla porque la realidad es que el cuerpo de inspectores de Hacienda y Trabajo se encuentra bajo mínimos... y vuelta a empezar: ¿Le interesa o no le interesa al Estado dar carpetazo a esta situación?
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