Las pocas luces del Gobierno
No hay nada peor que el guía, en mitad de la oscuridad, en lugar de arrojar luz sobre el camino a seguir vaya y se ponga una venda en los ojos. Y eso es lo que parece estar haciendo el Gobierno desde que comenzó la crisis... aunque esta crisis tenga 'inicios a la carta'. El último síntoma de improvisación se ha manifestado en el alumbrado de las carreteras.
Hace dos días, el ministro de Fomento, José Blanco fue claro, cristalino: El gobierno recortará a la mitad el gasto en iluminación en las carreteras. Entonces no quiso especificar a través de qué medidas conseguiría ese recorte. Un día después y tras haber visto las reacciones populares, aseguró que no se quitarían farolas de las carreteras, sino que se apostaría por el bajo consumo... lo que supone un cambio que han de realizar operarios, con su correspondiente coste.
En el caso del cambio de pegatinas de las señales para reducir la velocidad a 110 km/h en autovía el Gobierno cifró en 41 euros el coste por señal (incluidos la pegatina, el operario, las horas extra, el refuerzo de personal, los pluses por nocturnidad, etc.). ¿Cuánto costará el salto hacia el bajo consumo y, teniendo en cuenta que el año pasado el alumbrado de carreteras ya nos costó a los españoles 25 millones de euros, por qué no arrancó esta medida el año pasado? La respuesta sobre el coste, sea la que sea, parece estar más en el tejado de los ayuntamientos que en el del ministerio.
¿Quién afrontará el gasto? El presidente de la FEMP, Pedro Castro, ha anunciado que será el Gobierno, pero Industria lo ha desmentido minutos después. Ya ven, el anuncio lo hace Fomento y lo ejecuta Industria para cuyo titular, Miguel Sebastián, la solución pasa por que su cartera ponga la luminaria y los consistorios se encarguen de la instalación. Sera 'divertido' ver cómo ayuntamiento endeudados hasta la cejas, como Madrid, son obligados a afrontar este gasto por una clara falta de previsión.
Por cierto, interesantísima la reflexión del corresponsal de El Mundo en Washington, Pablo Pardo, acerca de la limitación de velocidad. No se la pierdan.
Hace dos días, el ministro de Fomento, José Blanco fue claro, cristalino: El gobierno recortará a la mitad el gasto en iluminación en las carreteras. Entonces no quiso especificar a través de qué medidas conseguiría ese recorte. Un día después y tras haber visto las reacciones populares, aseguró que no se quitarían farolas de las carreteras, sino que se apostaría por el bajo consumo... lo que supone un cambio que han de realizar operarios, con su correspondiente coste.
En el caso del cambio de pegatinas de las señales para reducir la velocidad a 110 km/h en autovía el Gobierno cifró en 41 euros el coste por señal (incluidos la pegatina, el operario, las horas extra, el refuerzo de personal, los pluses por nocturnidad, etc.). ¿Cuánto costará el salto hacia el bajo consumo y, teniendo en cuenta que el año pasado el alumbrado de carreteras ya nos costó a los españoles 25 millones de euros, por qué no arrancó esta medida el año pasado? La respuesta sobre el coste, sea la que sea, parece estar más en el tejado de los ayuntamientos que en el del ministerio.
¿Quién afrontará el gasto? El presidente de la FEMP, Pedro Castro, ha anunciado que será el Gobierno, pero Industria lo ha desmentido minutos después. Ya ven, el anuncio lo hace Fomento y lo ejecuta Industria para cuyo titular, Miguel Sebastián, la solución pasa por que su cartera ponga la luminaria y los consistorios se encarguen de la instalación. Sera 'divertido' ver cómo ayuntamiento endeudados hasta la cejas, como Madrid, son obligados a afrontar este gasto por una clara falta de previsión.
Por cierto, interesantísima la reflexión del corresponsal de El Mundo en Washington, Pablo Pardo, acerca de la limitación de velocidad. No se la pierdan.
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