Gitanos por el mundo
Hoy se celebra el Día Internacional de los Gitanos (International Roma Day). Habrá muchos que se sorprendan de ello, incluso, que les parezca mal, puesto que a pesar de que László Andor, comisario europeo de Asuntos Sociales e Integración, asegure que España es considerado como un país ejemplar en cuanto a la integración de los gitanos, aún queda muchísimo por hacer. Si España es un ejemplo, no es tanto por mérito propio -que lo tiene, no lo desprecio, ojo- sino por desmérito del resto de los países.
No hace falta echar la mirada muy atrás para recordar las desportaciones que realizó Sarkozy el año pasado de gitanos rumanos con la connivencia de la Unión Europea (UE). Fue entonces un claro ejercicio xenófobo ante el cual la UE levantó un poco la voz y, después, se fue arrodillando poco a poco ante el pequeño Napoleón.
De nada servirá la presentación de informes como el que recientemente publicó la UE si luego no actúa cuando se producen este tipo de conflictos. En aquel informe se apostaba por objetivos vinculantes para reforzar el acceso al empleo, la educación, la vivienda y la sanidad de los entre 10 y 12 millones de gitanos de toda Europa. Una clave es la educación, puesto que en nuestro país sólo 20% de los gitanos consigue terminar la E.S.O., aunque también es cierto que un 12% de las familias gitanas vive infraviviendas. Para conseguir esta meta, hay mucho, muchísimo trabajo por hacer y, por supuesto, por ambas partes, tanto gitanos como payos. Pero no olvidemos, que los que están en el poder y tiene una responsabilidad mayor, son los payos.
Por eso mismo, la Fundación Secretariado Gitano (FSG) en España ha enviado a todos los partidos políticos sus propuestas electorales de cara a las próximas elecciones del 22 de mayo. Merece la pena echarles un vistazo, creánme, porque como se indica desde la FSG, "la cuestión gitana compete no sólo a los gitanos, sino al conjunto de la sociedad; por tanto, son los poderes públicos quienes tienen la responsabilidad de impulsar las medidas y marcar las condiciones en las que deben ser aplicadas".
Pero algo me dice que los programas electorales no recogen ciertas integraciones porque, a fin de cuentas, el indice de participación a la hora de votar por parte del colectivo gitano no debe de ser muy alto -no hay estadísiticas oficiales al respecto-. Pocos votos, vaya, o lo que es lo mismo, arriesgar demasiados votos de los que sí llegan a la urna por un puñado cuyo destino es una incógnita. Porque no lo olvidemos, en España, a la hora de la verdad, en el día a día, aún existe mucho recelo con los gitanos, demasiados prejuicios y pocas ganas de conocer la verdadera realidad gitana. Sólo en Andalucía se concentra casi la mitad de los gitanos españoles, cerca de 270.000 personas; en otras comunidades, como Madrid, 60.000.
Como apunta Beatriz Carrillo de los Reyes, presidenta de Fakali (federación andaluza de mujeres gitanas), "no podemos caminar hacia una Europa que pierde la identidad, rechaza y excluye a sus ciudadanos. La UE tiene que salir al paso de países como Alemania, Francia e Italia, que aprueban, de manera encubierta, políticas de discriminación dirigidas a los ciudadanos gitanos y gitanas". Pues manos al a obra, que es labor de todos.
Feliz día.
No hace falta echar la mirada muy atrás para recordar las desportaciones que realizó Sarkozy el año pasado de gitanos rumanos con la connivencia de la Unión Europea (UE). Fue entonces un claro ejercicio xenófobo ante el cual la UE levantó un poco la voz y, después, se fue arrodillando poco a poco ante el pequeño Napoleón.
De nada servirá la presentación de informes como el que recientemente publicó la UE si luego no actúa cuando se producen este tipo de conflictos. En aquel informe se apostaba por objetivos vinculantes para reforzar el acceso al empleo, la educación, la vivienda y la sanidad de los entre 10 y 12 millones de gitanos de toda Europa. Una clave es la educación, puesto que en nuestro país sólo 20% de los gitanos consigue terminar la E.S.O., aunque también es cierto que un 12% de las familias gitanas vive infraviviendas. Para conseguir esta meta, hay mucho, muchísimo trabajo por hacer y, por supuesto, por ambas partes, tanto gitanos como payos. Pero no olvidemos, que los que están en el poder y tiene una responsabilidad mayor, son los payos.
Por eso mismo, la Fundación Secretariado Gitano (FSG) en España ha enviado a todos los partidos políticos sus propuestas electorales de cara a las próximas elecciones del 22 de mayo. Merece la pena echarles un vistazo, creánme, porque como se indica desde la FSG, "la cuestión gitana compete no sólo a los gitanos, sino al conjunto de la sociedad; por tanto, son los poderes públicos quienes tienen la responsabilidad de impulsar las medidas y marcar las condiciones en las que deben ser aplicadas".
Pero algo me dice que los programas electorales no recogen ciertas integraciones porque, a fin de cuentas, el indice de participación a la hora de votar por parte del colectivo gitano no debe de ser muy alto -no hay estadísiticas oficiales al respecto-. Pocos votos, vaya, o lo que es lo mismo, arriesgar demasiados votos de los que sí llegan a la urna por un puñado cuyo destino es una incógnita. Porque no lo olvidemos, en España, a la hora de la verdad, en el día a día, aún existe mucho recelo con los gitanos, demasiados prejuicios y pocas ganas de conocer la verdadera realidad gitana. Sólo en Andalucía se concentra casi la mitad de los gitanos españoles, cerca de 270.000 personas; en otras comunidades, como Madrid, 60.000.
Como apunta Beatriz Carrillo de los Reyes, presidenta de Fakali (federación andaluza de mujeres gitanas), "no podemos caminar hacia una Europa que pierde la identidad, rechaza y excluye a sus ciudadanos. La UE tiene que salir al paso de países como Alemania, Francia e Italia, que aprueban, de manera encubierta, políticas de discriminación dirigidas a los ciudadanos gitanos y gitanas". Pues manos al a obra, que es labor de todos.
Feliz día.
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