El hippie que no era de Al Qaeda
El Gobierno marroquí ha anunciado la detención de tres nuevos sospechosos del atentando de Marrakech de finales de abril. Según las autoridades alauitas, el atentando es obra de Al Qaeda; según ésta, no. Huele mal, muy mal todo lo relacionado con ese atentado. Cuando se produjo la explosión, el propio Gobierno marroquí habló de "explosión de gas", luego, de atentando suicida; Francia, dos días después, negó que fuera obra de un suicida. Sin embargo, Marruecos dio un giró copernicano a su primera versión y aseguró que la organización terrorista era la autora de la masacre, aunque con dispositivos accionados a distancia.
Pasó más de una semana y no hubo reinvindicación alguna del atentado. Curioso. ¿Quién comete una masacre así y luego no reclama que es obra suya? Es más, Al Qaeda mandó un comunicado en el que negaba rotundamente su autoría. Marruecos hace oídos sordos y continúa con las detenciones de posibles cómplices del atentado, todos ellos vinculados a Al Qaeda. Su versión recuerda mucho al método empleado en el 11-M, con un tipo disfrazado de hippie, incluido.
¿Qué está sucediendo? Hay quienes, incluso, piensan que el atentado es obra de los Servicios de Inteligencia marroquís. La utilización política que Mohamed VI está haciendo del atentado es de manual. Mientras todo el pueblo rechaza el terrorismo, el supuesto atentado sirve al dictador de dos maneras bien distintas. Por un lado, de cara a las reformas internas y el cada vez más sólido Movimiento del 20 de Febrero: Mohamed VI puede utilizar el atentado para poner aún más en valor sus aperturismo democrático -que es más bien cosmético-, sosteniendo que, a pesar del atentando, seguirá adelante. Por otro lado, le sirve para reafirmarse ante Europa como el muro de contención de, no sólo inmigración ilegal, sino también del terrorismo islámico.
Pero sus versiones, sus investigaciones son pobres, endebles a ojos de la Comunidad Internacional... con demasiados vaivenes. Claro que, ¿cuándo ha sido esto obstáculo para que la Comunidad crea a pies juntillas lo que dice la dictadura marroquí o, simplemente, mire hacia otro lado? Tarde o temprano, Mohamed VI se delatará.
Pasó más de una semana y no hubo reinvindicación alguna del atentado. Curioso. ¿Quién comete una masacre así y luego no reclama que es obra suya? Es más, Al Qaeda mandó un comunicado en el que negaba rotundamente su autoría. Marruecos hace oídos sordos y continúa con las detenciones de posibles cómplices del atentado, todos ellos vinculados a Al Qaeda. Su versión recuerda mucho al método empleado en el 11-M, con un tipo disfrazado de hippie, incluido.
¿Qué está sucediendo? Hay quienes, incluso, piensan que el atentado es obra de los Servicios de Inteligencia marroquís. La utilización política que Mohamed VI está haciendo del atentado es de manual. Mientras todo el pueblo rechaza el terrorismo, el supuesto atentado sirve al dictador de dos maneras bien distintas. Por un lado, de cara a las reformas internas y el cada vez más sólido Movimiento del 20 de Febrero: Mohamed VI puede utilizar el atentado para poner aún más en valor sus aperturismo democrático -que es más bien cosmético-, sosteniendo que, a pesar del atentando, seguirá adelante. Por otro lado, le sirve para reafirmarse ante Europa como el muro de contención de, no sólo inmigración ilegal, sino también del terrorismo islámico.
Pero sus versiones, sus investigaciones son pobres, endebles a ojos de la Comunidad Internacional... con demasiados vaivenes. Claro que, ¿cuándo ha sido esto obstáculo para que la Comunidad crea a pies juntillas lo que dice la dictadura marroquí o, simplemente, mire hacia otro lado? Tarde o temprano, Mohamed VI se delatará.
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