Barberá y el permiso para fumar marihuana
Comienza a ser indignante la actitud de algunos dirigentes del PP. Si la nueva presidenta de Castilla La Mancha nos tiene acostumbrados a sus denuncias sin aportar pruebas -veáse las acusaciones de estar siendo espiada por el PSOE (teléfonos pinchados) o, más recientemente, la bancarrota de la Comunidad que preside-, ahora es el turno para Barberá. La alcaldesa de Valencia da muestras de una desfachatez sin igual al acusar a los acampados de Valencia de no sólo fumar marihuana sino de cultivarla en la misma plaza. De ser cierto, ¿por qué la Policía no ha procedido a detener y multar a los infractores? Sería muy grave pensar que se ha tolerado un delito penal por parte del ayuntamiento valenciano y eso es, precisamente, lo que se desprende de las propias palabras de su máxima responsable.
Al alcadesa popular, cada día más escorada hacia la ultraderecha -resulta irónico que siempre vaya de rojo-, no contenta con eso, sugiere que existen intereses económicos detrás del movimiento: "se les están cayendo las caretas, se está viendo lo que hay detras. ¿Quién está detrás, quién lo paga?"
La verdad es que podría aplicarse su propia medicina cuando apunta que los políticos "deben ser los primeros en demostrar mayor ética y honestidad" y, sobre todo, cuando lamenta que haya "demasiada facilidad para implicar y denostar".
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