El tabaco perjudica la salud del Gobierno
La guerra contra el tabaco pasa factura al Gobierno. Si bien es cierto que nadie puede negar lo nocivo del tabaco -en España mueren más de 55.000 personas al año a causa del tabaco-, también es innegable lo beneficioso que es para las arcas del Estado. De hecho, estos días está suponiendo un auténtico quebradero de cabeza para la ministra de Economía, puesto si ella había presupuestado recaudar 800 millones más sobre los 7.500 millones obtenidos en 2010 por los impuestos del tabaco, en realidad va a recaudar 600 millones de euros menos. Lo que se dice un buen roto.
Las causas de esta desviación en los cálculos de Salgado radica en la caída en las ventas de cigarillos de un 25% -efectos de la crisis y de la Ley Antitabaco-, y de la guerra de precios vivida en el sector. A ello habría que sumar, además, la subida del consumo de tabaco de contrabando, hasta el punto de que si el mercado del tabaco en España fuera una sola cajetilla, al menos uno de sus veinte cigarrillos vendría del mercado negro, lo que supera los 729 millones de euros que no se recaudan.
Y ustedes se preguntarán, ¿tanto afecta esta guerra? Pues mucho, dado que España cuenta con una de las fiscalidades más altas de la Unión Europea (UE): un 63,8% del precio final de la cajetilla son impuestos en nuestro país, mientras que la media en la zona euro es tan sólo del 60,3%. Pero, además, mientras que en la zona euro el impuesto variable -el porcentaje sobre el precio de la cajetilla- es el 53,4% del total de la cajetilla, en España es del 90%. Así, ya son muchos los que hablan de 200 millones de euros de pérdidas por la guerra comercial que, sumado al retroceso en las ventas podrían superar los 1.000 millones de pérdidas.
En suma, que el tabaco perjudica seriamente la salud del Gobierno, pues aún no se cuenta con cifras oficiales de cuánto se ha conseguido recortar el presupuesto de Sanidad relacionado con el tabaquismo. El año pasado se llegó a hablar de 5.500 millones de ahorro por la vía de la prevención del tabaquismo, pues absorbe el 15% del presupuesto sanitario, pero aún no se han dado cifras de ahorro. Complicada ecuación a la que se enfrenta el Gobierno y que se presta a una de esas contradicciones habituales entre ministerios (Economía y Sanidad).
Veremos cómo se resuelve la incógnita y, sobre todo, cómo se asume el verdadero coste de la guerra antitabaco, que no es otro que una significativa pérdida de ingresos a muy corto plazo, frente a unos supuestos ahorros a más largo plazo. Algo que imagino que a usted, como me sucede a mi, le parece lógico, aunque no debe ser tan sencillo cuando todo un ministerio no ha sabido cuadrar bien las cuentas... o lo ha hecho con una variación de 1.000 millones de euros... lo que es poco cuadrar, vaya.
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