Europa duda de su honestidad
Si en tiempos de bonanza económica a la Unión Europea (UE) le cuesta mantener una posición honesta en el conflicto del Sáhara Occidental -de hecho, no lo consigue-, parece poco probable que lo haga ahora. Con todo, hay dudas sobre la renovación del tratado de pesca con Marruecos.
A pesar de que la dictadura de Mohamed VI asegura -y así lo ha hecho constar en informes enviados a la Comisión Europea- que el acuerdo ha traído beneficios al Sáhara Occidental, como la creación de empleo, no es así y, de hecho, supone una nueva violación del Derecho Internacional, al esquilmar recursos naturales que le pertenecen legítimamente al pueblo saharaui.
Según llegan noticias desde Bruselas, la propia comisaria de Pesca, Maria Damanaki, y algunos de los países de los 27, estarían consultando los servicios jurídicos para determinar la posible violación de Derechos Humanos por parte de Marruecos contra la población saharaui. Las dudas llegan tarde, no cabe discusión al respecto, pero una ruptura del acuerdo bien valdría esa demora. Al menos, supondría un gesto de buena voluntad por parte de la UE, que siempre se ha posicionado cómplice del régimen de Rabat.
España, con Trinidad Jiménez a la cabeza, a buen seguro que volverán a arrodillarse ante Mohamed VI, pues de las 119 licencias de pesca que concede Marruecos, un centenar son para nuestro país previo pago de unos 36 millones de euros. De hecho, junto con Francia son los que más están presionando a países como Suecia o Dinamarca para prorrogar un año el acuerdo. "Es sólo un año... para capear la crisis", pensarán... pero es un año más, y son 36 ya, los que llevamos diciendo eso al pueblo saharaui.
INDECENTE.
A pesar de que la dictadura de Mohamed VI asegura -y así lo ha hecho constar en informes enviados a la Comisión Europea- que el acuerdo ha traído beneficios al Sáhara Occidental, como la creación de empleo, no es así y, de hecho, supone una nueva violación del Derecho Internacional, al esquilmar recursos naturales que le pertenecen legítimamente al pueblo saharaui.
Según llegan noticias desde Bruselas, la propia comisaria de Pesca, Maria Damanaki, y algunos de los países de los 27, estarían consultando los servicios jurídicos para determinar la posible violación de Derechos Humanos por parte de Marruecos contra la población saharaui. Las dudas llegan tarde, no cabe discusión al respecto, pero una ruptura del acuerdo bien valdría esa demora. Al menos, supondría un gesto de buena voluntad por parte de la UE, que siempre se ha posicionado cómplice del régimen de Rabat.
España, con Trinidad Jiménez a la cabeza, a buen seguro que volverán a arrodillarse ante Mohamed VI, pues de las 119 licencias de pesca que concede Marruecos, un centenar son para nuestro país previo pago de unos 36 millones de euros. De hecho, junto con Francia son los que más están presionando a países como Suecia o Dinamarca para prorrogar un año el acuerdo. "Es sólo un año... para capear la crisis", pensarán... pero es un año más, y son 36 ya, los que llevamos diciendo eso al pueblo saharaui.
INDECENTE.
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