Más madera para el 15M

"Manos arriba esto es un contrato", "el pueblo unido jamás será vencido" y el ya clásico "no hay pan para tanto chorizo" fueron algunos de los lemas que se escucharon ayer por toda España. Los políticos no deberían permanecer impasibles antes manifestaciones como las vividas ayer en todo el país que incluyeron un clamor popular contra el Pacto del Euro. Más allá del referéndum propuesto para el 15 de octubre -más simbólico que viable o, incluso, útil-, el seguimiento del 19J superó al de la Huelga General, a pesar de lo que algunos medios panfletarios se empeñan en publicar.

Por número, constancia y prolongación en el tiempo, el apoyo ciudadano -y por tanto soberano- de estas reinvindicaciones habrían de encontrar reflejo en el Congreso de los Diputados. Hasta ahora, no lo ha hecho. Los políticos se han limitado a subirse al carro en período electoral, a bajarse de él tras las elecciones y sugerir tan sólo su comprensión y, eso sí, a hacer piña y escribir, incluso, columnas en prensa para criticar los incidentes del Parlament de Catalunya. Eso ha sido todo, pero ningún grupo político y mucho menos el Gobierno se han hecho eco de las reivindicaciones ciudadanas.

Este post no es un alegato a favor de la violencia, ni mucho menos. Sin embargo, la realidad nos demuestra que el sistema está tan corrupto, tan viciado, que el pacifismo es un arma de fogueo contra toda la artillería institucional y de mercado. Los hechos nos demuestran cómo la violencia es la vía más rápida -y quizás efectiva- para conseguir cambiar una sociedad. La gravedad de esta afirmación es mayúscula e, insisto, no es una justificación, pero cualquiera de las revoluciones de la Primavera Árabe que ha llegado a buen puerto o va camino de ello ha sido por la vía violenta. "Egipto no", me dirán... con matices, porque sí se produjeron incidentes y, lo más importante, tuvo al ejército de su lado. algo clave.

Afortunadamente, el Movimiento 15M ha mostrado una paciencia infinita y no cae en la estrategia política de la indiferencia. Porque esa es la baza que está jugando el Gobierno y el resto de las fuerzas: la ignorancia institucional que suponga un desgaste en los ánimos y, sobre todo, en la columna vertebral del 15M, para que éste gire hacia la violencia, se desacredite, sea condenado unánimemente por el resto del pueblo y, de paso, legitime a los políticos, tan rectos, tan amigos de condenar la violencia ajena mientras nos avergüenzan con sus aplausos y abucheos en el hemiciclo.

Pero hay una brecha en esa estrategia de desgaste del Gobierno: hay mucha madera en el 15M para aguantar el tirón, para que este barco llegue a buen puerto. Y cuando se acabe la madera, llegará el momento de quemar el barco, no antes.