Peor que un mono, español
El ala republicana de EEUU se está radicalizando cada vez más,
encontrando a su máximo exponente en el Tea Party, que ha pasado de
inquietar a asustar. Así lo prueban las declaraciones de algunos de sus
miembros animando a Israel a disparar a los integrantes de la Segunda Flotilla de Gaza.
Un despropósito. El clímax de la polémica ha venido del lado de Joshua
Treviño, un clásico del Tea Party y ex redactor de los discursos de
Bush. A través de su cuenta de Twitter se reafirmó en esta postura y
mostró su desprecio por todo aquel, incluidos periodistas, que se hayan
embarcado en la Flotilla, a la que considera un instrumento de Hamás. De
hecho, asegura que “no se puede fletar un barco hacia Gaza sin la coordinación de Hamás”, añadiendo que “la Flotilla de Gaza -o de Hamás, como también la llama- no solo ayudará a Hamás, sino que tendrá a personal suyo embarcado”.
Una vuelta por su Twitter descubre perlas de un tipo que se jacta de amar a su país, pero lo hace a través del odio. Treviño es tajante y afirma que “si alguien actúa contra los Estados Unidos, o se alinea con los enemigos de Estados Unidos, se coloca fuera del círculo de preocupación para los estadounidenses de bien”. Presume de no ser ni judío ni sionista y de defender a Israel sólo porque es beneficioso para los intereses de EEUU, al tiempo que equipara a Hamás con los nazis y niega que la Flotilla sea necesaria por razones humanitarias. Desde su punto de vista, “Gaza está bloqueada por culpa de los habitantes de Gaza, que decidieron apoyar a un grupo terrorista afín al genocidio”, y la Flotilla es producto de una “coalición de idiotas útiles de Occidente” que sirve a una causa, como la de Gaza, totalmente ilegítima, según él.
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Una vuelta por su Twitter descubre perlas de un tipo que se jacta de amar a su país, pero lo hace a través del odio. Treviño es tajante y afirma que “si alguien actúa contra los Estados Unidos, o se alinea con los enemigos de Estados Unidos, se coloca fuera del círculo de preocupación para los estadounidenses de bien”. Presume de no ser ni judío ni sionista y de defender a Israel sólo porque es beneficioso para los intereses de EEUU, al tiempo que equipara a Hamás con los nazis y niega que la Flotilla sea necesaria por razones humanitarias. Desde su punto de vista, “Gaza está bloqueada por culpa de los habitantes de Gaza, que decidieron apoyar a un grupo terrorista afín al genocidio”, y la Flotilla es producto de una “coalición de idiotas útiles de Occidente” que sirve a una causa, como la de Gaza, totalmente ilegítima, según él.
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