Baile de fichas ante el 20-N
El ex ministro del Interior, Ángel Acebes, será casi con toda probabilidad uno de los 160.000 'afectados' -que, digo yo, ojalá hubiera más afectados- por el nuevo impuesto de patrimonio, aunque no lo sabremos a buen seguro porque el pasado mes de junio renunció a su acta de diputado (aunque de facto ya había renunciado, interviniendo sólo 5 veces en tres años). Por tanto, no se ha hecho pública su declaración oficial de patrimonio.
Pero lo que sí sabemos es que, precisamente por su renuncia al Congreso, Acebes recibirá una indeminización de casi 60.000 euros o, lo que es lo mismo, 21 mensualidades de 2.813 euros (Cristina Almeida cobra también un complemento de 2.589 euros y Pablo Castellanos, de 2.877 euros, por ejemplo). Un extra que le vendrá muy bien para sumar al resto de sus ingresos como abogado. De hecho, este mismo mes acaba de anunciar la fusión de su bufete Doble A con el de su colega del PP José María Michavila, dueño del bufete AM Abogados... además, claro está, de lo que le toque por sus conferencias, sus cargos como consejero de la Fundación Cibeles y Patrono de la Fundación FAES y, sobre todo, en Bankia.
En el nuevo banco de Caja Madrid, liderado curiosamente por otro hombre fuerte del PP, Rodrigo Rato, el consejo de administración del que ya forma parte Acebes ha ganado, sólo en el primer semestre del año, la friolera de 4,82 millones de euros, de los que 3,76 millones son dietas. Buena jugada fiscal, sin duda, pues sólo se dejan 1,05 millones para retribución fija y variable. Cada miembro (son 21), si hubieran cobrado a partes iguales, se habría embolsado casi 230.000 euros en seis meses.
Y cerrando la jugada, considerando que el éxito del PP el próximo 20-N será seguro, vemos que en el último Foro de Empleo celebrado por el PP en Canarias el invitado cuasi de honor era... Rodrigo Rato. El de honor fue, cómo no, Aznar, al que no viene mal pasearlo un poco para mimar a los fieles conservadores. De hecho, será Aznar quien inaugure dentro de cinco días la campaña electoral del PP en el exterior, en París. A fin de cuentas en Francia viven unos golosos 150.000 españoles con derecho a voto.
El PP mueve fichas, posiciona a sus hombres fuertes que ya no quieren estar en primera línea de fuego en la sombra del poder, desde donde ejercerán su influencia con más libertad. Rato ya dejó caer en Canarias que es muy recomendable ligar salarios a productividad. Lo que salga de esa simbiosis está por ver, poque si por algo se caracteriza Rajoy es por no mostrar sus cartas más de lo debido, fiel a la máxima de 'todo lo que pueda decir es para empeorar, no para mejorar'.
En los próximos meses asisteremos a mucho baile de fichas en ambos bandos, tanto en PP como en PSOE. En el caso del primero, para extender su poder en el ámbito privado, en ese monstruo anónimo que son los mercados. En el PSOE, para colocar a la vieja guardia en algún otro abrevadero para mantener el nivel de vida, muy por encima de la media. En algunos casos, como el de Chaves, se ha tenido el atrevimiento de hacerlo en activo porque, ¿hay puede decir qué méritos ha hecho el expresidente andaluz desde que es vicepresidente de Política Territorial?
Pues eso.
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