Chivatazo a la Casa del Rey
Que la Monarquía en España recibe un trato de favor no es ningún secreto, incluso cuando miembros de la familia real se enfrentan a la Justicia, como es el caso de Iñaki Urdangarín. Ya lo vimos hace unos días con la negativa a escalar el caso a la Audiencia Nacional y, ahora, El Confidencial revela datos que ponen al Rey en una situación muy comprometida.
Al parecer, el pasado mes de noviembre, la Fiscalía Anticorrupción avisó con varias ahoras de antelación a la Casa del Rey acerca del registro policial en las sedes del Instituto Nóos. ¿Qué hizo el Borbón? Que sepamos, suspender su agenda pública alegando sobrecarga muscular. Con actuaciones como ésta no sorprende que desde la Zarzuela se "respete el trabajo de los jueces". Una semana después, el fiscal general del Estado aseguraba que el caso Urdangarín no recibiría un tratamiento diferente a otros. FALSO.
La presunción de inocencia debe prevalecer en un juicio; es lo justo y lo establecido por ley. El problema en este caso es que las pruebas parecen tan aplastantes que eludir la culpabilidad se antoja muy difícil para el duque de Palma. Buena parte del pueblo español es consciente de ello y la otra parte niega la evidencia, pero eso no es suficiente. La investigación y el jucio deben extenderse al resto de la familia real, comenzando por la infanta Cristina, que aparece como socia de Urdangarín, y terminando por el mismísimo monarca, que parece haber actuado como encubridor -no sólo por este chivatazo, sino por las actividades irregulares que ocultó en 2006.
Es hora de resarcir al pueblo español, castigado por la mala gestión de sus gobernantes a todos los niveles -local, autonómico y central-, abrumado por la ingente cantidad de casos de corrupción en la esfera política, aplastado por unas medidas de austeridad llamadas a masacrar el Estado de bienestar mientras el nuevo presidente se esfuma de la escena pública. Y que "la Justicia sea igual para todos", como dijo el Borbón en su discurso navideño, es un buen punto de partida. A ver si es verdad.
Al parecer, el pasado mes de noviembre, la Fiscalía Anticorrupción avisó con varias ahoras de antelación a la Casa del Rey acerca del registro policial en las sedes del Instituto Nóos. ¿Qué hizo el Borbón? Que sepamos, suspender su agenda pública alegando sobrecarga muscular. Con actuaciones como ésta no sorprende que desde la Zarzuela se "respete el trabajo de los jueces". Una semana después, el fiscal general del Estado aseguraba que el caso Urdangarín no recibiría un tratamiento diferente a otros. FALSO.
La presunción de inocencia debe prevalecer en un juicio; es lo justo y lo establecido por ley. El problema en este caso es que las pruebas parecen tan aplastantes que eludir la culpabilidad se antoja muy difícil para el duque de Palma. Buena parte del pueblo español es consciente de ello y la otra parte niega la evidencia, pero eso no es suficiente. La investigación y el jucio deben extenderse al resto de la familia real, comenzando por la infanta Cristina, que aparece como socia de Urdangarín, y terminando por el mismísimo monarca, que parece haber actuado como encubridor -no sólo por este chivatazo, sino por las actividades irregulares que ocultó en 2006.
Es hora de resarcir al pueblo español, castigado por la mala gestión de sus gobernantes a todos los niveles -local, autonómico y central-, abrumado por la ingente cantidad de casos de corrupción en la esfera política, aplastado por unas medidas de austeridad llamadas a masacrar el Estado de bienestar mientras el nuevo presidente se esfuma de la escena pública. Y que "la Justicia sea igual para todos", como dijo el Borbón en su discurso navideño, es un buen punto de partida. A ver si es verdad.
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