El engaño (y censura) de Twitter
Twitter ha anunciado que en breve comenzará a bloquear en cada país el contenido inapropiado que vaya en contra de la ley local. En el resto del mundo sí se podrá ver. Dicho de otro modo, todo el mundo sabrá, por ejemplo, que cierto politicucho es indigno de representar a la ciudadanía, pongamos, valenciana -por mucho que le absuelva un jurado popular-, pero en España no... al menos vía Twitter.
¿Y por qué ha anunciado esta medida? Por dinero, fundamentalmente. La red de microblogging quiere seguir su expansión internacional y si para ello tiene que someterse a los Gobiernos y vulnerar la libertad de expresión, pues oye, se hace y se llenan los bolsillos. Si uno lee el blog corporativo en el que se anuncian los planes se puede comprobar lo manipulador del comunicado.
Twitter se escuda en leyes como las de Alemania o Francia en las que no es posible difundir contenido nazi. Perfecto, dirán muchos pero, ¿se imaginan que significa que los ciudadanos no puedan difundir sus ideas, aunque vayan contra las leyes locales, en países como Marruecos, Siria o, incluso, Cuba? El papel que ha jugado Twitter en la Primavera Árabe no habría sido tal con estas nuevas medidas en vigor.
Y es que Twitter se autorregula con sus propios usuarios y, si éstos no lo hacen, es labor de las autoridades, no del proveedor, determinar qué contenido viola la ley o no. Que los proveedores de un servicio comiencen a imponer su censura es peligroso. Es deleznable.
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