La ciudadanía es más que una asignatura
Ayer se hizo oficial: la asignatura de Educación para la Ciudadanía dijo adiós para siempre... al menos, los cuatros años que gobierne el PP... si llega. Nunca una asignatura dio tanto que hablar ni enfrentó tanto a diferentes sectores sociales y políticos. Y nunca se manipuló tanto la información, por parte de un bando y otro.
"La Educación para la ciudadanía es una asignatura imprescindible en España". Así cierra hoy Nacho Escolar su post en el blog. Y, la verdad, es que no puedo estar más en desacuerdo con él. La asignatura en cuestión fue un auténtico despropósito desde el principio: sin profesores adecuados para impartirla -por muchos motivos, incluida la falta de recursos; diferentes libros de texto que nada tenían que ver entre sí...-. La derecha y los sectores católicos se cebaron literalmente con ella, manipulando el verdadero objetivo -nunca conseguido- de la asignatura. Para ello, como muy bien indica Escolar, se ayudaron de un magnífico libro de los hermanos Liria y Zahonero, que criticaba duramente la asignatura. Por cierto, ni derecha ni católicos se dan cuentan de que, si viviéramos en un país realmente aconfesional, la asignatura de religión debería ser extraescolar y jamás debería estar incluida en el programa educativo oficial. A ver si avanzamos de una vez por todas.
Así las cosas no veo mal la desaparición de la asignatura. Me preocupan mucho más los motivos para su desaparición y su nuevo sustituto: "Educación Cívica y Constitucional". ¿Constitucional? ¿Enseñarán la cantidad de artículos que a día de hoy no se cumplen? ¿Mostrarán las técnicas del buen manipulador del texto, introduciendo artículos de techo de gasto, sin contar con el pueblo? La verdad y volviendo al texto de Liria, se hace necesaria otra asignatura, pero ni la propuesta por el PP ni la anterior por el PSOE.
Liria, para quien no le conozca es un filósofo -y además profesor, escritor, activista...- de la Universidad Complutense de Madrid. Es uno de esos profesores cuyas clases se abarrotan de alumnos, sencillamente, por lo increiblemente bueno y didáctico que es. Para empezar, parte de la base de que en cada clase todos aprenden de todos, incluido él de sus alumnos y, por eso, es un espectáculo ver cómo se asombra y maravilla con las opiniones de sus alumnos. ¿A dónde quiero llevar? Que lo que hace falta es una asignatura de filosofía, pero entendida ésta en su más amplio significado: "Conjunto de saberes que busca establecer, de manera racional, los principios más generales que organizan y orientan el conocimiento de la realidad, así como el sentido del obrar humano".
Eso es filosofía, que hay gente que aún no lo entiende o no lo quiere entender. Y a través de la filosofía, que ni siquiera requiere de libros de texto -es más, esa asignatura de la que hablo no debiera tenerlos, bastaría con profesores filósofos con dotes docentes- y mucho menos de exámenes es como nuestros jóvenes pueden amueblar bien su cabeza y ayudarles a pensar, a realizar reflexiones más profundas por ellos mismos sobre las cosas, a ver todos los puntos de vista y ponerse en el lugar del otro. Esa es la asignatura que hace falta. Porque la ciudadanía es más que una asignatura.
Pero, ¿saben qué? Nunca llegará, porque a los de arriba, de un color y de otro, no les interesa tener a ciudadanos que piensen. Prefieren adoctrinarles como ayer decía Wert, bien por la vía de una asignatura laica bien directamente a través de una religión que arrastra una larga lista de delitos y crímenes en la Historia.Y eso es, de nuevo, lo que hará el PP.
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